El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, fueron increpados este miércoles durante una conferencia que se celebró en el marco de la Cumbre de las Américas, el primero por su participación en el golpe de Estado de Bolivia en 2019 y el segundo por el apoyo de Estados Unidos a la monarquía absoluta de Arabia Saudita y al primer ministro de Haití.
Almagro estaba dando cierre a una conferencia sobre libertad de prensa, democracia y derechos humanos en América, cuando uno de los asistentes entre el público interrumpió a los gritos acusándolo de haber promovido el golpe de Estado de 2019 en Bolivia contra el expresidente Evo Morales y de tener «las manos manchadas de sangre» al ser responsable de la «masacre de 36 personas» que murieron asesinadas en las protestas que entonces se llevaron a cabo contra la destitución del mandatario. El hombre, que en medio de la intervención fue escoltado hacia la salida del salón mientras era sujetado de las manos, también lo acusó por el «asesinato» del periodista argentino Sebastián Moro, quien falleció en La Paz mientras cubría la crisis política. En ese marco, dijo que la participación de Almagro en el golpe se debía a que es un «títere de Estados Unidos» para saquear los recursos naturales de Bolivia.
En su discurso, también señaló el apoyo de Almagro a otro golpe de Estado en la región, en Venezuela, al reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente del país en lugar de al presidente electo Nicolás Maduro.
Desde el escenario en el que estaba dando cierre a la conferencia, Almagro negó las acusaciones. «¡Eso no es verdad! ¡Retráctese! ¡Retráctese porque le está mintiendo a la gente que está acá!», expresó el secretario de la OEA, aún sentado al lado de la periodista que moderó la conferencia.
Después de que la policía sacara al joven de la sala, Almagro afirmó que está acostumbrado a escuchar estas «mentiras» y defendió la actuación de la OEA en el caso boliviano. Sostuvo que los observadores electorales de ese organismo hallaron una «manipulación de los resultados electorales» pero se deslindó de la actuación de la oposición boliviana, con la que, aseguró, no tuvo «ningún contacto».
