Alexander Suvorov Legendario Adalid Ruso

El 18 de mayo se celebra el Día de la memoria del generalísimo ruso Alexander Suvórov. Se considera no solo como uno de los jefes militares más importantes y populares en la historia rusa (junto con Mijaíl Kutúzov quien derrotó a Napoleón y GueroguiZhúkov quien venció a Hitler), sino también uno de los comandantes más famosos del mundo. Participó en siete guerras, ganó 60 batallas y se convirtió en uno de los pocos grandes generales de la historia mundial que nunca perdió una batalla. 

Alexander Suvórovnació en 1730 en la familia de un noble, desde la infancia soñaba con una carrera militar. A pesar de las dudas de sus familiares, Suvórovse convirtió en militar, pasando de soldado de la guardia al máximo rango militar ruso: generalísimo. Su carrera militar y política está relacionada con la gobernanza de la Emperatriz Catalina II, la Grande (1762-1796). Sus primeros combates tuvieron lugar durante la guerra de los Siete Años (1756-1763) contra Prusia. Más tarde luchó contra los turcos en 1774, donde, ya como general, comandó las tropas rusas que derrotaron a un ejército turco de 40.000 soldados en la batalla deKozludze. Donde más se destacó Suvórov fue en la guerra ruso-turca de 1787-1791 con el triunfó en las batallas del río RâmnicuSărat y de Focsani. En diciembre de 1790 el general recibió la orden por asaltar la fortaleza turca de Izmaíl, considerada infranqueable. Antes de proceder al asalto Suvórovenvió al jefe de los turcos una carta muy corta y clara con el ultimátum de rendición: “He venido con las tropas, les doy 24 horas para la rendición y les dejo libres; mis primeros disparos significan la prisión; el asalto es la muerte: hagan su elección”. La respuesta recibida de los defensores de la fortaleza turca fue desafiante: “Antes detenga el rio Danubio su corriente y caiga el cielo sobre la tierra que Izmaíl se rinda”. El 11 de diciembre las tropas rusas tomaron la ciudadela, venciendo al enemigo.

Después de las guerras contra Turquía, Suvórov ocupó la comandancia de uno de los cuerpos del Ejército ruso que combatió exitosamente contra los insurrectos polacos en las campañas de 1768-1772 y 1794. Tras la muerte de la emperatriz Catalina II en 1796AlexandrSuvórovcayó en desgracia porque se atrevió a criticar la reforma del Ejército ruso a la manera militar prusiana emprendida por el nuevo emperador ruso Pablo I. “Los rusos siempre han derrotado a los prusianos”, comentó Suvórov sobre la iniciativa de Pablo I. Sin embargo, en 1799 Suvórov, a la edad de 69 años y ya retirado del servicio militar, fue llamado para comandar las tropas aliadas ruso-austriacas, que estaban sufriendo derrotas en la guerra contra los ejércitos franceses en Italia. La campaña en Italia comenzó con una serie de victorias de Suvórov (Cassanod’Adda, Trebbia, Novi), que permitieron expulsar a los soldados franceses de este país. Como reconocimiento de sus méritos a Suvórovfueotorgado el rango de Príncipe de la Casa de Saboya del Rey de Cerdeña. A continuación de la campaña militar Suvórov recibió instrucciones de trasladarse a Suiza para combatir junto con el cuerpo expedicionario ruso bajo el mando del general Rimski-Kórsakov. Sin embargo, antes de que las tropas llegaran al país helvético, el ejército del general Rimski-Kórsakovfue derrotado y Suvórov fue rodeado. A pesar de que sus tropas no tenían municiones, ni comida, bajo su mando lograron romper el cerco, realizando el increíble cruce de los Alpes que permitió evitar la derrota de su ejército. Por tan maravillosa retirada estratégica, no conocida desde los tiempos de Aníbal, Suvórov fue ascendido al rango de generalísimo.

Además de ser un estratega notable y excelente táctico, Suvórov fue al mismo tiempo un sabio mentor militar. Durante muchos años de su actividad político-militar, formó cuadros de primera clase de altos oficiales del ejército ruso. Al mismo tiempo, Suvórovdejó varias obras literarias sobre ciencia militar, incluso el manual para los militares. Entre otras cosas su manual contenía indicaciones de respetar a los habitantes pacíficos y evitar pérdidas entre civiles. El manual incluía también una lista de medicamentos a base de hierbas y un menú especial para heridos y enfermos. Suvórov elaboró además tácticas para el desplazamiento acelerado de las tropas: sus soldados recorrían a pie hasta 85 kilómetros diarios. 

Mientras estaba en campañas militares, el generalísimo siempre vivía como un soldado simple, dormía sobre paja a la intemperie y comía los platos típicos rusos: schi (sopa de col) y kasha (papilla). El generalísimo solía decir: “Un soldado es más querido para mí que yo mismo”. Todo esto junto con su fama de invencible lo convirtió en un ídolo de los soldados. Los dichos del gran comandante pasaron hace mucho tiempo a la categoría de proverbios, porque están llenos de sabiduría, amor por la patria, fe en Rusia y los rusos. Entre ellos: “Hay que ganar no por el número de soldados, sino por su preparación e inteligencia”, “Para mí es un honor ser ruso y servir a la Patria” y muchas otros que hasta hoy en día conservan actualidad. 

Andrey Budaev

Embajador de Rusia en Uruguay

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