Todavía embargado por un sentimiento que mezcla tristeza, decepción y bronca por el resultado del partido contra Portugal, al cual nos referiremos al final de esta columna, trataré de contarles algunas cosas de la vida cotidiana en Doha, la capital de Catar.
Para empezar, les cuento que el metro es absolutamente nuevo, con algunas cabinas que parecen de un avión en vez de un subterráneo con asientos individuales, dignos de un transporte del primer mundo, y si el primer mundo se mide en dólares, vaya si Catar lo es. Les mando una foto para que se den una idea de lo que les estoy contando, pero además el nivel de polución sonora del metro catarí es mínimo, y las velocidades que desarrolla van entre los cien y los ciento veinte kilómetros por hora. Pero les agrego un detalle no menor, con la Hayya Card (una especie de credencial del mundial) el metro es absolutamente gratuito, y si pensamos que vinieron a Doha alrededor de 1.5 millones de personas, una tarifa razonable que englobe todos los días del mundial podría ser entre cien y doscientos dólares, o sea que los jeques que reinan por estas zonas, renunciaron gentilmente a ganar entre ciento cincuenta y trescientos millones de dólares en concepto de transportes. Es cierto que el dinero no hace la felicidad, pero te deja en la puerta.
Hablemos un poco de precios, dentro y fuera de los estadios. Un almuerzo en ‘La Jolla’, el mejor barrio de Doha, un puerto deportivo rodeado de imponentes edificios, dos platos (sin vino) costaron aproximadamente mil quinientos pesos uruguayos. Pero la comparación es, ¿cuánto costaría un almuerzo en el puerto de Punta del Este en plena temporada estival? Después hay una enorme oferta en cuanto a precios, desde un shawarma que es una masa fina que rodea un relleno de carne o pollo con tomate, lechuga y salsas que cuesta unos doscientos pesos uruguayos, hasta un combo en Mc Donald’s que sale doscientos setenta pesos uruguayos. Y si uno decide hacer compras en un super y cocinar en su apartamento, los precios son muchísimo más baratos que en Uruguay, lo que confirma lo caro que es vivir en nuestro país.
Una cosa que me llamó la atención, es la cantidad de hindúes, pakistaníes, o de Bangladesh, con la camiseta de Argentina, Brasil o Portugal, y la respuesta es sencilla, son convocados por las mega estrellas del futbol, léase, Messi, Neymar o Cristiano, a nosotros nos falta una mega estrella mundial para que funcione mejor el marketing de la celeste, puede ser que Federico Valverde llegue a eso es nuestro único proyecto de futbolista Top-5 mundial. Pero, nobleza obliga decirlo cuando nos preguntan de que país somos y les decimos que somos yoruguas, el 90% de los interrogadores responde con: «Uruguay, Suarez». Es increíble la dimensión mundial del Lucho. Y cuando a la salida del partido ante los lusitanos me crucé con un muchacho, por su aspecto claramente hindú que llevaba una bandera de Uruguay, le pregunte cual era el motivo por el que apoyaba nuestro país, y me contestó que era fanático de Luís Suárez. Les mando la foto correspondiente.
Y del partido qué decirles, era un encuentro en el que era casi lo mismo perder o empatar, o sea había que salir a ganar, y el Tornado a quien banqué hasta Portugal, poniendo línea de cinco en el fondo les dio un claro mensaje a los jugadores, de que íbamos a esperar a ver qué pasaba y no salir a atacar. Antes del partido le dije a mi hijo que firmaba el empate, para mi Portugal es un equipazo, a mi juicio uno de los candidatos del mundial, y el trámite me dio la razón. Pero, increíblemente, si le ganamos a Ghana 1-0 y Corea no le gana a Portugal, clasificamos. Claro que después viene Brasil, y si se da la lógica, tendremos que marcar el pasaje de retorno para el día después de octavos.
Hasta la próxima.
