El mindfulness se define como una manera de relacionarnos con la vida si se toma consciencia de lo que es en cada momento. Es nuestra decisión libre, intencionada y consciente de mantener la vida en el presente y a su vez vivir sin miedo a experimentarla en su totalidad.
Para adoptar este estilo de vida es necesario desarrollar la práctica, y la parte formal de ésta es la meditación, que nos permitirá entrenar la mente para enfocar nuestra atención hacia un objeto determinado, que es la respiración o algún mantra. Entonces cuando un pensamiento intrusivo hace presencia, podemos observarlo sin la intención de juzgarlo al saber que allí está, y una vez reconocido seremos capaz de aceptarlo si volvemos a nuestro objetivo.
Esta práctica cumple con un doble propósito, siendo el primero la capacidad de conectar con el ser (tu verdadera naturaleza) y a su vez vivir plenamente los beneficios de realizar la actividad de la meditación. Ésta además de aliviar el estrés, nos ayuda a vivir en el presente en cada momento. Entonces, el propósito del mindfulness es enfrentar los desafíos de la cotidianidad desde la serenidad, fortaleza y creatividad.
Las circunstancias a las que nos enfrentemos pueden variar y nunca tendremos el poder sobre ellas, pero sí que contamos con la capacidad de observar cómo interactuamos, pensamos o sentimos ante estas situaciones, según consigna Cuidate Plus.
El observador es inmutable. Esto no va a negar ni eliminar nada. Se trata más bien de transformar a partir de la observación. Así, podremos comprender que los verdaderos cambios que nos aportan tranquilidad y felicidad son aquellos que se producen desde dentro y repercuten en el afuera.
Pero claro que en este viaje no todo es tan sencillo como parece. Es posible que al intentar comenzar esta práctica te enfrentes a dificultades. Por ejemplo, muchas personas tienen dificultad para concentrarse durante la meditación y esto tiende a suceder porque tienen expectativas de qué resultados tendrá la misma.
La meditación consiste en abrazar de manera generosa todo lo que se presente durante ella, es normal tener pensamientos, simplemente hay que dejarlos pasar y observarlos amorosamente.
Luego está la clásica frase que todos utilizamos para excusarnos; “no tengo tiempo”. Lo mejor es cuestionarse y observar cuánto tiempo de tu día podes disponer para revisar las redes sociales o mirar la televisión, ¿en serio consideras que no hay 20 minutos en tu agenda para dedicarte a ti?
La meditación como práctica diaria otorga gran cantidad de beneficios como lo son la prevención del envejecimiento cerebral, el aumento de la concentración y capacidad de atención, así como también el mejoramiento de la memoria y otras funciones cognitivas. Esta práctica también es capaz de reducir la ansiedad y el insomnio, sin mencionar que potencia el desarrollo creativo y previene la depresión.
MÁS DATOS:
Mucha gente se siente limitada a la hora de realizar esta práctica porque es agnóstica y considera que la meditación es algo meramente espiritual, pero realmente no se trata de venerar a ningún Dios. Más bien se trata de ayudarnos a tranquilizar la mente y vivir en el presente.
