Boric visita por primera vez la zona de reclamo mapuche

A ocho meses de su llegada a La Moneda, el presidente de Chile, Gabriel Boric, emprendió este jueves su primera gira a La Araucanía, la región de reclamo mapuche azotada por la violencia.

Tanto los habitantes de la zona como la oposición y diversos líderes de opinión le habían pedido desde el comienzo de su mandato que visitara este territorio del sur de Chile, justamente por la señal que representa la llegada de la máxima autoridad del Estado en un lugar que enfrenta un conflicto que se ha vuelto muy complejo en los últimos años.

Junto con la demanda indígena por las tierras, en La Araucanía y sus regiones aledañas se sufren secuestros, atentados, robo de madera, infiltración del narcotráfico, brotes de grupos de seguridad paralelos, enfrentamientos con la policía y, en definitiva, una sensación permanente de inseguridad, junto con la pobreza que afecta a la población. En lo que va del año, se han registrado al menos ocho muertos de la llamada violencia rural. En determinadas zonas el Estado no puede ingresar. Es lo que quedó demostrado cuando, a poco de asumir, en marzo, la primera ministra del Interior de Boric, Izkia Siches, llegó a la zona y trató de ingresar a la comunidad mapuche Temucuicui. Fue recibida con balazos y la comitiva tuvo que retroceder. Este hecho representó el principio del fin de Siches en el cargo —fue removida en septiembre— y paralizó cualquier posible visita de Boric a la región. Hasta ahora.

Es una gira de dos días que ha arrancado este jueves, el presidente visitará las localidades de Temuco, Angol, Villarrica y Lonquimay. Boric está acompañado por los ministros de Obras Públicas, de la Secretaría General de la Presidencia y de Interior, la socialista Carolina Tohá, que asumió hace dos meses en reemplazo de Siches, además del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez. Su Gobierno arrancó con la disposición a dialogar con todos los protagonistas del conflicto, incluso con los violentos, y Tohá ha llegado a conducir políticamente el problema de la inseguridad pública con mayor firmeza. “Para defender la lucha que da el pueblo mapuche para ser reconocido y para tener sus tierras, hay que defender que eso no válida las acciones violentas o armadas. Poner ese límite no es contradecir estas convicciones profundas de la izquierda, sino la forma de poder defenderlas”, aseguró el fin de semana a EL PAÍS la ministra del Interior, que visitó La Araucanía en su primer mes en el cargo.

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