CASMU creó policlínica para brindar atención especializada a pacientes cardiooncológicos

El espacio funciona todos los martes en el Centro Médico La Blanqueada.

El cáncer es una de las enfermedades más preocupantes en Uruguay, donde cada año se registran unos 1.700 casos nuevos y mueren más de 8.000 personas debido a esta causa.

Si bien los últimos avances en terapias oncológicas han logrado aumentar significativamente la sobrevida de estos pacientes, en los supervivientes las enfermedades cardiovasculares y las segundas neoplasias, representan la principal causa de decesos.

Como el principal prestador de salud del país, CASMU entendió que debía hacer un mayor esfuerzo por ayudar a reducir estas cifras a través de la instalación de un centro especializado en la detección precoz y el seguimiento de la cardiotoxicidad relacionada al tratamiento del cáncer. Fue así como surgió, por iniciativa del Departamento de Cardiología de CASMU, la Policlínica de Cardiooncología, que funciona en el Centro Médico La Blanqueada.

Para la médica cardióloga Andreina Gómez, una de sus responsables, el propósito de esta iniciativa es ofrecer a los usuarios de CASMU un área centrada específicamente “en aquellos individuos que por su condición cardíaca previa, ya sea porque sufrieron un infarto o presentan insuficiencia cardíaca, arritmias o problemas valvulares, requieren una valoración especializada antes del tratamiento del cáncer”, además de contemplar a las personas que durante la enfermedad desarrollan toxicidad cardiovascular como efecto adverso.

En este caso, se entiende por cardiotoxicidad relacionada al tratamiento del cáncer al conjunto de enfermedades cardiovasculares derivadas de los tratamientos oncológicos y su manifestación es variada. Esto puede incluir el desarrollo de disfunción ventricular, insuficiencia cardíaca, alteraciones coronarias, hipertensión arterial y arritmias, entre otras, como consecuencia del efecto directo del tratamiento oncológico, así como del desarrollo acelerado de estas patologías.

“La Policlínica de Cardiooncología de CASMU es un centro multidisciplinario orientado a la evaluación conjunta de este grupo de individuos. Su objetivo es valorar los riesgos y beneficios del tratamiento oncológico propuesto y optimizar el cardiovascular para disminuir el riesgo de cardiotoxicidad y las demoras. Con ella queremos brindar una asistencia de calidad a los pacientes oncohematológicos, principalmente a aquellos individuos que combinan la enfermedad oncológica con la cardiovascular”, señaló.

Sobre las modalidades de tratamiento oncológico específico, la cardióloga explicó que pueden ser sistémicos o locoregionales, intravenosos o de administración oral, además de la aplicación de radioterapia. En cada caso es importante evaluar el riesgo del plan en particular y las características del paciente. Por ejemplo, puede desarrollarse una disfunción ventricular por quimioterapia como consecuencia de la administración de antraciclinas y anti Her2, drogas frecuentemente utilizadas, o también surgir eventos coronarios, vasoespasmos y trombosis con fármacos como las fluoropirimidinas.

El riesgo de que surjan estas complicaciones depende de diversos agentes vinculados al tratamiento oncológico en sí mismo, como puede ser el tipo de medicamento, la dosis acumulada, la combinación de drogas y la forma de administración. También puede variar de acuerdo a las características del paciente, a la presencia de factores de riesgo cardiovascular y la edad. La prevalencia en estos casos es mayor en personas con enfermedad cardíaca o con cardiotoxicidad previa, detalló Gómez.

En cuanto a las manifestaciones de la cardiotoxicidad por quimioterapia, indicó que “cada tratamiento tiene el riesgo específico de afectar el sistema cardiovascular, incluyendo la afectación coronaria, del músculo cardíaco o miocardio, la hipertensión arterial, la alteración de válvulas cardíacas, el sistema eléctrico, la estructura que rodea el corazón o pericardio, y la formación de trombos intravasculares, entre otros”.

“El desarrollo de afectación miocárdica, que implica el descenso de la función cardíaca, ya sea sintomática (cuando aparecen síntomas de insuficiencia cardíaca) o asintomática (cuando el hallazgo se produce en un estudio de control), es de particular relevancia porque puede llegar a ser una limitante para los diferentes planes de quimioterapia y, por lo tanto, impactar en el pronóstico y sobrevida de los pacientes. De todas formas, hay fármacos cardiovasculares que han mostrado beneficios al atenuar el riesgo de esta complicación o contribuir a la normalización de la función cardíaca posterior”, agregó.

Para el seguimiento y la detección precoz de esta complicación, la ecocardiografía es la técnica indicada por ser de fácil acceso y sin irradiación. Este procedimiento debería ser realizado idealmente por el mismo técnico durante el seguimiento para obtener mejores resultados para el paciente.

También hay técnicas ecocardiográficas complementarias, como la evaluación de la deformación miocárdica (strain longitudinal global), disponibles en CASMU, que brindan información adicional. La posibilidad de aplicar esta técnica depende de ciertas características de la imagen obtenida, por lo que no es posible efectuarla en todos los pacientes.

Existen estrategias de cardioprotección en este escenario. Antes de comenzar el tratamiento es apropiado identificar los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la diabetes, la dislipemia, la obesidad o el tabaquismo, y actuar sobre ellos para controlarlos con el tratamiento adecuado. También es clave estimular la adopción de hábitos saludables, con la práctica de ejercicio físico regular y una dieta adecuada para contribuir con una mejor calidad de vida.

Durante este proceso es fundamental realizar una evaluación rutinaria clínica y ecocardiográfica para obtener un diagnóstico precoz, por ejemplo, de disfunción ventricular. La frecuencia con que se solicitan los estudios varía de acuerdo al tratamiento oncológico indicado, además de la presencia de síntomas y hallazgos en análisis previos.

“En estas circunstancias es relevante llevar un seguimiento a largo plazo de los sobrevivientes al cáncer para detectar precozmente la cardiotoxicidad relacionada con el tratamiento, ya que determinados efectos cardiovasculares pueden ser evidentes incluso años luego de finalizado el procedimiento médico. Esta Policlínica de Cardiooncología facilita la interacción más estrecha entre cardiólogos, oncólogos y hematólogos para brindar una mejor asistencia a estos pacientes”, expresó Gómez.

Días y horarios disponibles

La Policlínica de Cardiooncología de CASMU atiende al público los martes, de 12:00 a 12:45 horas en el Centro Médico La Blanqueada, situado en Avenida Luis Alberto de Herrera 2421, entre Profesor Dr. Pablo Purriel y República Dominicana.

El horario disponible hasta el momento es acotado porque se ajusta a la cantidad de pacientes, pero el centro tiene la capacidad de aumentar la disponibilidad de asistencia frente a un posible aumento de la demanda. Los pacientes que concurren allí son atendidos por la doctora Gómez y la médica oncóloga Laura Cawen, junto a personal no médico y de enfermería.

Los socios de CASMU que quieran obtener más información sobre la policlínica pueden comunicarse telefónicamente al 144 opción 2, mientras que los no socios de la institución deberán llamar al 2487 3710, contactarse por celular y WhatsApp a los números 092 135 254 y 094 672 648, enviar un mail a caventadeservicios@casmu o visitar la web de la institución, www.casmu.com.uy.

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