En medio de tanta estrella y alrededor de tanto talento, fueron los arqueros, el italiano Gianluigi Donnarumma del París Saint-Germain, y el griego Odysseas Vlachodimos, del Benfica, los que acapararon la atención de un duelo de la Champions League, con alternativas que pudo ganar cualquiera por ocasiones y que terminó en tablas 1-1.
Lejos de acusar el impacto por la visita del PSG, el Benfica abordó sin complejos el duelo por el liderato del grupo H. Lusos y franceses habían sacado adelante sus respectivos compromisos en las jornadas anteriores, y en juego estaba medio billete para octavos para el ganador.
El triángulo mágico entró en acción. Messi inició una jugada, encontró a Kylian Mbappe y este a Neymar, que devolvió al argentino. Desde la frontal, Messi ejecutó un tiro suave, colocado, imposible para Vlachodimos. No decayó, a pesar del contratiempo, el Benfica. La igualada llegó de la forma menos esperada, y cuando el París Saint Germain había frenado el ímpetu local. Fue a cuatro del intermedio con un centro al área desde la izquierda, que buscaba a Gonçalo Ramos, pero el balón golpeó en el pecho del defensa Danilo Pereira, que se introdujo la pelota en su propia puerta.
Victoria de la Juve
Por este mismo grupo la Juventus logró su primer triunfo en la presente campaña de Champions al ritmo de Di María, clave con un triplete de asistencias, y a costa de la que era la última oportunidad para mantener las opciones de clasificarse a octavos de la Juve, personificada en un Maccabi Haifa inferior.
