Cine nacional en cartelera para todos los gustos

"Al final del partido", "Benedetti, 60 años con luz" y "Bosco" entre otras propuestas.

La cartelera local ofrece opciones varias entre las que, por suerte, aparecen varias producciones nacionales dignas de mencionar. En primer lugar no está de más subrayar la 16a entrega de Atlantidoc, el Festival Internacional de Cine Documental del Uruguay que se arrima a las salas montevideanas con una excelente propuesta en la Sala Life Cultural AlfaBeta hasta el 30 de octubre. 

Un proyecto que Ricardo Salas viene organizando a pura entrega desde sus comienzos. Y ya que hablamos de documentales resulta impostergable mencionar «Al final del partido» del director Federico Beltramelli, una entrañable mirada a los utileros y cancheros de clubes chicos que dejan el corazón y el alma antes y después de cada partido. Una cálida radiografía de ese universo medio desconocido donde los denominados «oficios menores» quedan encarnados en cinco protagonistas para el mejor de los recuerdos. 

Por supuesto que esta selección tampoco puede obviar a «Benedetti, 60 años con luz» de Andrés Varela que apuesta a historiar el vínculo sentimental entre el popular escritor uruguayo y su esposa a través de una rigurosa investigación no exenta de gran emotividad. Otro punto alto para la producción audiovisual nacional. 

De más está decir que «Bosco» el documental de Alicia Cano -que demoró trece años en grabarlo- y está designado para que nos represente en la pre-selección de los Premios Goya de España ocupa un sitial de honor en esta breve nota. Un rodaje que llevó más de una década para retratar la vida de un pueblo italiano, con una docena de habitantes, en homenaje al abuelo de la directora, resulta algo digno de mencionar. Sobre todo si lleva más de veinte semanas en cartel estableciendo una especie de récord inigualable para un registro de esta naturaleza. Por algo será. 

Otro estreno nacional en cartelera es «Julio, felices por siempre» de Juan Manuel Solé, (director que delata cierta influencia con Woody Allen mientras entremezcla, a nivel paródico, el universo Disney). La película es una comedia romántica interpretada por Chepe Irisity y Daryna Butryk, que se lucen con frescura en la piel de sus personajes en medio de una narración que acusa sus altibajos más allá de algunos aciertos puntuales en el plano humorístico. 

Solé experimenta y arriesga, con secuencia musical incluida, en el territorio de un género muy difícil de llegar a buen puerto aunque ya tenía una experiencia previa con el cortometraje «Obdulio, el patriota» que, prácticamente en el desenlace, no deja de tener sus vínculos narrativos con su última producción. 

Puede decirse que, a pesar de los tropezones, el intento valió la pena y habrá que esperar a su nuevo filme, que ya estaría en agenda. (Truffaut decía que, en realidad, su primer película había sido la tercera en filmar). Que haya tantas producciones locales en los circuitos comerciales, sin descontar Cinemateca y la Sala Nelly Goitiño, no deja de ser una excelente noticia. Vale.

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