Seguimos en lucha día a día para construir organizaciones cooperativas libres de violencia, acoso y discriminación, con la convicción que desde nuestro esfuerzo construimos otro mundo posible.
Nos adherimos a lo expresado por ONU Mujeres en cuanta a que la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.
En forma general, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye:
violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio); violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético); trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual); mutilación genital, y matrimonio infantil.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
¡ÚNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Otro futuro sin violencia contra la mujer es posible con educación, servicios esenciales en los sectores policial, judicial, sanitario y social y financiación suficiente para hacer cumplir los derechos de la mujer.
El movimiento cooperativo no es ajeno a esta problemática y asumimos su relevancia y nos comprometemos con su erradicación; así también, exigimos a la sociedad toda y a las instituciones que nos acompañen. Sabemos que se requieren más herramientas para acompañar las denuncias e intervenciones, para continuar sensibilizando y formando a todas las personas en torno a las temáticas de género y la erradicación de la violencia, que necesitamos amplificar nuestras voces y profundizar nuestras acciones; para ello, requerimos más recursos, más compromiso de toda la sociedad, mayor cumplimiento a la normativa vigente.
Seguiremos caminando en la visibilizarían y acción en cada espacio, acercándonos a cada compañera, reforzando cada compromiso asumido y construyendo desde la diversidad de nuestro movimiento una sociedad más inclusiva e igualitaria. Pues, como hemos aprendido, para la construcción de una sociedad y una realidad más cooperativa, es imprescindible que más mujeres seamos protagonistas.
