Condenan a perpetua en Argentina a dos represores por crímenes de lesa humanidad contra siete víctimas

Miguel Etchecolatz y Julio Garachico sentenciados por secuestros, torturas y crímenes perpetrados en el centro clandestino "Pozo de Arana".

Los expolicías argentinos Miguel Etchecolatz y Julio Garachico fueron condenados a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad perpetrados contra siete víctimas, entre ellas el albañil Jorge Julio López, quien volvió a desaparecer en 2006, y un estudiante secuestrado durante la llamada «noche de los lápices», todavía desaparecido.

«Condenar a Miguel Osvaldo Etchecolatz a la pena de prisión perpetua», sentenció el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 1 de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires (este). Garachico también fue sentenciado «a la pena de prisión perpetua», sostuvieron los jueces durante la lectura del fallo. Los magistrados del tribunal analizaron desde el 30 de agosto pasado, cuando comenzó el juicio, la responsabilidad de ambos genocidas en los secuestros, torturas y crímenes perpetrados en el centro clandestino de detención conocido como «Pozo de Arana».

Los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en este lugar fueron juzgados en 2012, pero quedaron excluidos los delitos perpetrados en otros centros de detención ilegal situados en la localidad de Arana, una zona rural al sur de la ciudad de La Plata. Según los sobrevivientes, existieron en este municipio al menos otros tres centros de detención: el área de «Cuatrerismo»; el destacamento de policía; y otro centro denominado «La Casona» o «Campo de Arana». Los delitos de lesa humanidad en perjuicio de las siete víctimas tuvieron lugar entre finales de octubre y principios de noviembre de 1976, en pleno terrorismo de Estado (1976-1983).

Dos veces desaparecido

Etchecolatz, director de investigaciones de la policía bonaerense entre 1976 y 1979, fue juzgado como coautor mediato de los delitos de privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio calificado en perjuicio de Norberto Rodas y Alejandro Sánchez. Este represor, que tiene 93 años y se encuentra encarcelado en el Complejo Penitenciario Federal 1, en la localidad bonaerense de Ezeiza, acumula, con esta pena, nueve perpetuas en su contra. Etchecolatz fue juzgado y condenado en un juicio en 2006 por el secuestro y torturas infligidas durante la dictadura a Julio López, que fue secuestrado el 27 de octubre de 1976 y torturado en Arana junto con otros compañeros. El albañil, cuyas cuatro declaraciones ante la justicia entre 1999 y 2006 fueron clave para incriminar a Etchecolatz, desapareció por segunda vez el 18 de septiembre de ese año, un día antes de que se difundiera la sentencia contra el genocida.

Este hombre, que era un testigo clave en el juicio contra Etchecolatz y es considerado el primer desaparecido durante la democracia, salió de su casa hacia los tribunales y nunca llegó a destino. Garachico, exjefe del servicio externo de la Unidad Regional de La Plata, recibió la sentencia desde su casa en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, donde cumple arresto domiciliario. Los jueces del tribunal dictaminaron que continuará con la prisión domiciliaria, lo que despertó la indignación de algunas personas presentes en la audiencia.

«Justicia, basura, vos sos la dictadura», corearon.

El represor, de 81 años, fue acusado de ser coautor inmediato de los delitos de privación ilegal de la libertad y torturas en perjuicio de Julio López, Patricia Dell´Orto, Ambrosio de Marco, Norberto Rodas, Alejandro Sánchez, el estudiante de secundaria Francisco López Muntaner y Guillermo Cano, único sobreviviente. El expolicía afrontó así su segundo juicio, tras haber sido condenado en 2014 por crímenes en el centro clandestino conocido como «La Cacha». El 13 de julio se darán a conocer las razones del fallo.

Durante la «noche de los lápices», policías de la provincia de Buenos Aires secuestraron el 16 septiembre de 1976 a diez estudiantes de secundaria en La Plata que reclamaban la vigencia del boleto estudiantil, a los que torturaron por semanas, de los cuales seis fueron asesinados posiblemente unos meses después. Organizaciones de derechos humanos estiman que unas 30.000 personas fueron detenidas-desaparecidas durante la dictadura cívico-militar.

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