Corea del Norte dijo que encontró a casi 220.000 personas más con síntomas febriles, incluso cuando el líder Kim Jong Un afirmó haber progresado en la desaceleración de una propagación en gran parte no diagnosticada de Covid-19 entre una población de 26 millones no vacunada.
El brote ha causado preocupación por las graves tragedias en el país pobre y aislado con uno de los peores sistemas de atención médica del mundo y una alta tolerancia al sufrimiento de los civiles. Los expertos dicen que es casi seguro que Corea del Norte está minimizando la verdadera escala de la propagación viral, incluido un número de muertos extrañamente pequeño, para suavizar el golpe político a Kim mientras atraviesa el momento más difícil de su década de gobierno. Alrededor de 219.030 norcoreanos con fiebre fueron identificados en las 24 horas hasta las 6 p.m. del viernes, el quinto aumento diario consecutivo de alrededor de 200.000, según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte, que atribuyó la información a la sede antivirus del gobierno.
Corea del Norte dijo que más de 2,4 millones de personas se han enfermado y 66 personas han muerto desde que una fiebre no identificada comenzó a propagarse rápidamente a fines de abril, aunque el país solo ha podido identificar un puñado de esos casos como Covid-19 debido a la falta de suministros de prueba. Después de mantener una afirmación dudosa durante dos años y medio de que había bloqueado perfectamente la entrada del virus a su territorio, el Norte admitió las infecciones por omicron la semana pasada.
En medio de la escasez de herramientas de salud pública, el Norte ha movilizado a más de un millón de trabajadores de la salud para encontrar personas con fiebre y aislarlas en instalaciones de cuarentena. Kim también impuso restricciones estrictas a los viajes entre ciudades y pueblos y movilizó a miles de soldados para ayudar con el transporte de medicamentos a las farmacias en la capital del país, Pyongyang, que ha sido el centro del brote. Durante una reunión del Politburó del partido gobernante el sábado, Kim insistió en que el país estaba comenzando a controlar el brote y pidió una vigilancia más estricta para mantener la “tendencia afirmativa” en la campaña antivirus, dijo KCNA. Pero Kim también pareció insinuar relajar su respuesta a la pandemia para aliviar sus problemas económicos, instruyendo a los funcionarios para que modifiquen activamente las medidas preventivas del país en función de la situación cambiante del virus y propongan varios planes para revitalizar la economía nacional.
