Corte «temporal» del gas ruso que llega a Alemania comienza a preocupar

Las operciones de mantenimiento deberían durar unos 10 días.

La compañía Nord Stream AG suspendió ayer, temporalmente, el suministro de gas de Rusia a Europa a través del gasoducto Nord Stream 1 debido a las operaciones anuales programadas de mantenimiento preventivo.

Sus dos tuberías estarán desactivadas desde el 11 hasta el 21 de julio. Durante este periodo, se realizará un test de componentes mecánicos y sistemas de automatización «para garantizar la explotación eficaz, segura y fiable del gasoducto», informa Russia Today.

Mientras duren los trabajos en el gasoducto, la única vía para proporcionar gas ruso a los países de Europa occidental y central es mediante una tubería de tránsito a través de Ucrania. La parte ucraniana últimamente confirmó las demandas a través de esta ruta, por la cantidad de tan solo unos 40 millones de metros cúbicos al día.

El año pasado, las obras de mantenimiento del Nord Stream 1 duraron del 13 al 23 de julio, pero el ministro de Economía, Robery Habeck, sospecha que este año esos trabajos se convertirán en un instrumento de presión política y se prolongarán. Habeck contempla abiertamente el escenario de un corte de suministros y prepara desde hace semanas a la población y a la industria al ahorro para un invierno duro y frío. Su mantra es el ahorro en estos meses de temperaturas suaves para así poder llenar las reservas para el invierno. 

No recibir nada de gas significaría el fin de muchas empresas. El mayor consumidor de Alemania es la empresa química BASF, con sede en Ludwigshafen. La industria química, con el gas como recurso operativo, necesita unas dos quintas partes del gas que llega a los consumidores comerciales en Alemania. Otros grandes consumidores son la industria farmacéutica, la textil, la metalúrgica y la automovilística, así como la imprenta y los fabricantes de bebidas. «Las empresas están muy preocupadas porque apenas tienen alternativas al gas», afirma Jörg Rothermel, de la Asociación Alemana de la Industria Química. «Todavía hay algunas empresas que pueden pasarse a los quemadores de petróleo o carbón, siempre que se resuelvan los problemas de las licencias, pero son pocas. La mayoría de las empresas dependen completamente del gas». En caso de emergencia, si los procesos basados en el mercado no conducen al resultado deseado, sería necesaria la intervención del Estado. Los daños macroeconómicos serían considerables y no se puede descartar que se produzcan trastornos sociales.

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