«Cristina hace muchos años es objeto de una persecución» dijo el presidente Alberto Fernández

La vicepresidenta salió ayer a saludar a quienes se encuentran de vigilia fuera de su casa.

Pocas horas después del atentado contra su vida, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner salió ayer de su domicilio del barrio porteño de Recoleta y saludó a militantes de diversas organizaciones sociales, políticas y estudiantiles y manifestantes autoconvocados que continuaban en la puerta del edificio para expresarle su apoyo y solidaridad.

Aún sin lograr salir de la conmoción por lo ocurrido, alrededor de una treintena de personas aguardó en la intersección de las calles Juncal y Uruguay para saludar a la exmandataria, quien salió de su casa pasadas las 16.20 con lentes de sol, saludó a algunos manifestantes y partió en automóvil sin que se informara cuál sería su destino.

«La llegué a abrazar, no puedo más, es un milagro verla viva con lo que pasó», expresó entre lágrimas Mónica, quien llegó desde la localidad bonaerense de San Miguel con su hijo. Ambos se abrazaban al grito de «¡Lo logramos, lo logramos!». «Nos vinimos con mi hijo a las tres de la mañana y aguardamos porque teníamos toda la fe de que se iba a acercar. Ya me puedo morir tranquila», le dijo la mujer a la agencia argentina Télam.

Cerca de las 14 horas, el presidente Alberto Fernández arribó al departamento de la vice y se retiró 45 minutos después, sin realizar declaraciones a la prensa.

Horas después Alberto Fernández encabezó un encuentro en la Casa Rosada con gobernadores, representantes de sectores sindicales, sociales, empresariales y de derechos humanos, convocados con el fin de «construir un amplio consenso contra los discursos del odio y la violencia» tras el atentado que sufrió ayer la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

«Celebro que la comunidad argentina hoy esté llenando las plazas, reivindicando la convivencia, el respeto, la democracia y celebrando que Cristina está bien», señaló Fernández en el Salón de las Mujeres, acompañado por Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo) y Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora); el jefe de Gabinete, Juan Manzur; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; y la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont.

Según indicaron fuentes oficiales, el mandatario destacó los «puntos en común» vertidos durante la reunión, que tienen que ver con «volver a poner en práctica un pacto democrático donde la violencia sea excluida, el discurso del odio sea eliminado y el respeto sea un valor».

«Todos los que estamos acá somos parte de la comunidad democrática, y por lo tanto lo primero que tenemos que hacer es decir basta a volver habitual lo que no debe ser habitual; a tolerar aquello con lo que no debemos convivir, porque la democracia nos exige respetar al otro», subrayó. En este contexto, el jefe de Estado reafirmó que «Cristina hace muchos años es objeto de una persecución, por eso no podemos seguir mirando complacientes cómo se la estigmatiza y descalifica». «Es necesario advertir que debemos ponerle fin al discurso del odio mediático, porque son muy impresionante las cosas que se dicen», completó.

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