De manera sorpresiva los hijos de Bolsonaro deciden sacar la ciudadanía italiana

El senador Flavio y el diputado Eduardo aseguran que no piensan abandonar el país.

Con la llegada del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva a Brasilia el clan Bolsonaro, formado por el presidente y sus hijos , quedó políticamente aislado y en posible retirada. Más aún: miembros del grupo que saldrá del gobierno en enero dieron indicios de que podrían emigrar a Italia según señaló Página/12 de Argentina.

Lula comenzó a trabajar en la transición este jueves a la mañana en la sede del gobierno de transición, a pocos kilómetros del Palacio de Alvorada, la residencia donde Jair Bolsonaro permanece recluido tras su derrota en el ballottage del 30 de octubre.

Desde entonces la agenda oficial registró menos de cinco horas de compromisos en el Palacio del Planalto, sede del gobierno. En cambio Lula, que es prácticamente un mandatario en funciones, durante su segundo día en Brasilia tuvo cuatro horas de reuniones de alto nivel con los jefe del Congreso y el Poder Judicial.

Horas antes de la llegada de Lula a la capital, dos de los hijos del presidente, el senador Flavio y el diputado Eduardo, se presentaron imprevistamente en la Embajada de Italia para solicitar que se les conceda la ciudadanía. La prensa preguntó a Flavio si tiene en mente abandonar (¿ huir ?) el país, a lo que éste respondió con enojo, «esa hipótesis es descabellada».

«Soy senador de la República y pretendo disputar la reelección en 2026» alegó, sobreactuando su determinación de permanecer en su patria más allá del fracaso de su padre en la aventura reeleccionista. Flavio y Eduardo se presentaron en persona en las oficinas de la misión diplomática, una joya arquitectónica diseñada por el ingeniero Pier Luiggi Nervi, en la zona sur brasiliense, cerca del Lago Paranoá.

Los Bolsonaro están prácticamente desaparecidos de los palacios y -lo más llamativo- de las redes sociales desde el triunfo de Lula.

El presidente hizo un discurso de menos de tres minutos en el que desconoció el triunfo de Lula, luego saludó al vicepresidente electo Geraldo Alckmin y divulgó un comunicado en las redes sociales dirigido a los militantes que bloquearon carreteras para decirles que sigan en la lucha pero levanten la medida de fuerza.

«Voy a trabajar 24 horas por día, no cuatro horas» como hizo Bolsonaro a lo largo de su mandato iniciado en enero de 2019, comparó el jefe del Partido de los Trabajadores (PT).

La última semana y media Jair Bolsonaro la pasó a puertas cerradas en Alvorada y, según rumores, en la mansión de su hijo Flavio, desde donde habría recibido informaciones sobre el alzamiento de militantes de ultraderecha que exigen la intervención de las Fuerzas Armadas.

Uno de esos grupos permanece frente al Cuartel General del Ejército, donde fue erigido un «campamento de la libertad» con reivindicaciones que van de la intervención militar a la anulación de la victoria del petista.

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