Desmintiendo los mitos difundidos por la cúpula de la Unión Europea

1. Afirmación: La operación militar especial de Rusia en Ucrania y en Donbás ha puesto en peligro el suministro mundial de alimentos. (Fuente: Comentarios del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, al término de la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, Bruselas, 11 de abril de 2022).

La realidad. Hace dos años la ONU advirtió del riesgo de una crisis alimentaria en el mundo. Los principales impulsores del crecimiento de precios de los productos agroindustriales en los últimos años son las consecuencias de la pandemia del COVID-19, las políticas económicas y energéticas miopes de las economías más grandes del mundo occidental, las guerras comerciales, las condiciones climáticas adversas, los sanciones occidentales unilaterales contra la Federación de Rusia y la falta de inversión en la industria agrícola.

Al mismo tiempo, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD), no hay escasez física de alimentos en el mundo. Se trata del sistema de su distribución. El factor de precio también juega un papel importante aquí.

El salto de los precios de productos agroindustriales se registró ya en 2020, y no es el resultado de la operación militar especial. Según la FAO, desde el año 2019 hasta febrero de 2022, el índice de precios de los alimentos aumentó en total en un 50%. Según la información de las bolsas de valores, en 2021 los precios del trigo aumentaron en un 25% y para febrero de 2022 ya estaban entre un 31 y un 62%, superando el nivel promedio de los últimos cinco años. En los últimos dos años, el maíz ha subido de precio en un 162%, la colza – en un 175%.

La pandemia de coronavirus afectó gravemente las cadenas industrial, comerciales y logísticas en todo el mundo. Un fuerte aumento de las inyecciones financieras anticrisis en la economía para la recuperación pospandémica de la UE, EEUU y Japón provocó un aumento significativo de la demanda y, como resultado, un salto de la inflación. Las reservas de la alimentación resultaron ser las más reducidas en los últimos 5-10 años. Las decisiones mal pensadas de la UE de llevar a cabo una transición apresurada a la “energía verde” condujeron a los precios récord de la energía. Esto provocó un aumento de los costes de la producción agrícola: los costes de combustible y electricidad aumentaron significativamente (en 2020-2022 las cotizaciones del petróleo aumentaron en más del 22%, los precios promedios de electricidad en Europa en marzo de 2022 alcanzaron sus máximos históricos: de 350% hasta 530% en algunos países de la UE en comparación con el mismo período en 2021). Esto afectó inmediatamente a la producción de fertilizantes minerales (la urea y el salitre aumentaron de precio entre 3,5 y 4 veces, el resto entre 2,5 y 3 veces) y de cereales. A estos factores se sumaron las condiciones climáticas adversas y los desastres naturales en algunas regiones del mundo. Como resultado de las restricciones anti-COVID para la movilidad internacional, las interrupciones en el tráfico de carga y la reducción de los volúmenes, los costes de transporte han aumentado significativamente. Las tarifas de flete casi se han duplicado. Las medidas restrictivas ilegítimas unilaterales de Occidente contra Rusia, incluidos los obstáculos al transporte de mercancías, las dificultades para pagar los suministros, las prohibiciones de transacciones, los problemas aduaneros, se han convertido en factores de riesgo adicionales en el campo de la seguridad alimentaria mundial.

Bruselas declaró abiertamente una guerra comercial y económica total a nuestro país, sin tomar en consideración que Rusia es uno de los líderes mundiales en el suministro de productos agrícolas básicos (trigo, cebada, girasol, fertilizantes minerales y cultivos forrajeros), también a los países de bajos ingresos, propensos al riesgo de escasez de alimentos.

En lugar de hacer acusaciones infundadas, los líderes de la Unión Europea deberían ocuparse de la eliminación efectiva de sus propios errores sistémicos en las políticas macroeconómicas, financieras, comerciales, energéticas y agroindustriales, dejar de atraer los flujos de mercancías en detrimento de los países emergentes, así como abandonar la práctica viciosa de introducir medidas restrictivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional.

2. Afirmación: Rusia está ocupando tierras ucranianas y bombardeando territorios agrícolas de Ucrania. Está amenazada la campaña de siembra en Ucrania en 2022. (Fuente: Blog del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Josep Borrell «Inseguridad alimentaria: es hora de actuar», 7 de abril de 2022)

La realidad. Los objetivos de la Operación Militar Especial de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia consisten en proteger a la población civil de la RPD y RPL de una amenaza real proveniente de los «batallones de voluntarios» neonazis. Los militares rusos no ocupan el territorio de Ucrania y no se plantean estos propósitos. Están cumpliendo con su deber de obligar a Kíev a la paz en los términos de la desmilitarización, la desnazificación y la garantía del estatus neutral y no nuclear de un Estado que así dejaría de representar una amenaza para una parte de su propia población y sus vecinos.

Las autoridades de Kíev confirman que la campaña de siembra de este año se está llevando a cabo en todas las regiones de Ucrania. El ritmo de su realización es en un 20-30% más bajo que el año pasado. A mediados de mayo de 2022, cerca de 8,6 millones de hectáreas de tierra estaban sembradas con varios cultivos, un 24% menos que el año pasado. Entre las principales razones de la desaceleración se encuentran la escasez de combustible y lubricantes (destinados a las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania), la movilización de la población masculina, el minado de campos y áreas marítimas por parte de las FAU. Sin embargo, el 11 de mayo de 2022 el Primer Ministro de Ucrania, Denís Shmigal, reconoció que, “a pesar de las conocidas dificultades”, los agrarios ucranianos “cumplieron su trabajo”.

3. Afirmación: Rusia está destruyendo deliberadamente la agricultura ucraniana, incluida la maquinaria agrícola, los graneros y la infraestructura especializada. (Fuente: Declaración del presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la sesión del Foro Económico Mundial en Davos, 24 de mayo de 2022)

La realidad. Como de costumbre, Bruselas engaña a la comunidad internacional manipulando los hechos. La Comisión Europea, así como las instituciones ucranianas que lanzan tales acusaciones (ONG “Grupo Ambiental Ucraniano”, el Comité de Política Agraria y de Tierras de Ucrania, etc.), no proporcionan ninguna prueba documental, materiales fotográficos y de vídeo. Los datos sobre el número y los nombres de la infraestructura y los equipos agrícolas, destruidos durante las hostilidades, tampoco están disponibles en el dominio público.

Rusia está interesada en que Ucrania, al igual que la RPD y la RPL, siga siendo un estado autosuficiente en términos de seguridad alimentaria. Esto es de interés nacional para Rusia, y también ayuda a reducir la carga migratoria sobre nuestro país. Estamos haciendo esfuerzos necesarios para ello. Se ha iniciado una campaña de siembra en los territorios liberados, se están llevando a cabo obras de reconstrucción, también de la infraestructura agrícola. Los productores de diferentes regiones de Rusia proporcionarán semillas de hortalizas y cereales para su envío a la RPD y RPL. Ya se han entregado 40 toneladas de semillas a Donbás. Al mismo tiempo, en el sur de la región de Jersón, el personal militar ruso, en el curso del desminado humanitario, neutralizó más de 12.000 objetos explosivos en tierras agrícolas. Se han limpiado de artefactos explosivos más de 200 hectáreas de los territorios liberados de la RPD y la RPL.

En este contexto, Bruselas, exacerbando la situación en torno a la crisis alimentaria que amenaza al mundo, anunció un plan de movilización a gran escala para la pronta exportación de millones de toneladas de cereales ucranianos a la Unión Europea. Hasta julio de 2022 la UE tiene la intención de importar alrededor de 20 millones de toneladas de cereales a Occidente.

Para ello se están creando corredores de transporte, alternativos a la ruta marítima, bloqueada por culpa de Kíev. Se planea enviar a la frontera con Ucrania barcas, camiones y vagones de carga adicionales para transportar granos, establecer horarios especiales para trenes con granos ucranianos en el itinerario ferroviario y cancelar los aranceles aduaneros sobre las exportaciones ucranianas por un año. Los cereales, el maíz y las semillas oleaginosas se exportan en grandes volúmenes. Así lo demuestran numerosos vídeos publicados en los medios de comunicación. Esto no impide que Bruselas acuse a Moscú de la manera más cínica e infundada de «confiscación de las reservas de cereales y maquinaria agrícola ucranianas».

La campaña lanzada por la UE para exportar cereales desde Ucrania no puede sino generar dudas sobre el consumidor final de este producto y en qué volúmenes acabará llegando a terceros países, en cuyos intereses supuestamente actúa Bruselas. Hay serias razones para creer que las ganancias de la venta de estos productos agrícolas se utilizan para pagar armas y equipos militares occidentales, suministrados a Ucrania.

Algo parecido ya sucedió en la historia de Ucrania. En febrero de 1918, por acuerdo con el gobierno de su Rada Central, las tropas alemanas y austríacas entraron en territorio ucraniano bajo el pretexto de protegerlo de la Rusia Soviética. A cambio, se llevaron a Berlín y Viena 37.000 vagones con provisiones ucranianas.

Ya hemos visto claramente el verdadero precio del «humanismo» de Occidente en el ejemplo de la lucha contra la crisis del coronavirus, en particular, al abordar el tema de la distribución y suministro de vacunas. Como muestra la práctica, tal asistencia está destinada, en primer lugar, a servir a los intereses geopolíticos de la propia UE.

Además, la UE tiene la intención de exportar masivamente alimentos desde Ucrania, a pesar de la importante disminución de las cosechas pronosticada por expertos internacionales en el territorio de este país este año. Las consecuencias inevitables de esto para los ucranianos (el aumento de los precios y la escasez de alimentos) no se tienen en cuenta, por supuesto.

Así que precisamente es la Unión Europea la que se dedica a socavar los cimientos de la agricultura, y no solo la ucraniana.

Desde 2014 la Unión Europea, por decirlo suavemente, no ha mostrado mucha preocupación por la seguridad alimentaria de las RPD y RPL. Además, después de que Rusia reconoció la independencia de las repúblicas el 23 de febrero de 2022, la UE impuso, entre otras cosas, un bloqueo comercial contra ellas, prohibiendo la exportación de equipos agrícolas a la RPD y RPL.

4. Afirmación: Rusia bloquea el suministro de cereales a través del Mar Negro. (Fuente: Comentarios del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante su visita a Odessa el 9 de mayo de 2022)

La realidad. La entrada y salida de buques mercantes a los puertos de la costa ucraniana del Mar Negro se ven obstaculizadas únicamente por las acciones de las autoridades de Kíev. Conforme su decisión, se instalaron en las aguas de los mares Negro y Azov alrededor de 420 minas marinas de un diseño obsoleto. Debido a su inadecuación técnica, se desprenden de las anclas (minreps) y amenazan a todos los barcos de los Estados del Mar Negro. La pertenencia de estas minas a Ucrania se reconoce, pero su ubicación se desconoce. Anteriormente fueron neutralizadas varias minas frente a las costas de Rumanía y Turquía. A menudo, estos artefactos explosivos se encuentran en la franja costera de la región de Odesa. Además, existe la amenaza de bombardeo por parte de las FAU de barcos civiles, que desde el inicio de la operación militar especial se han convertido en objetivos.

Como resultado, decenas de barcos extranjeros permanecen bloqueados en los puertos de Nikoláev, Jersón, Chernomorsk, Ochákov, Odesa y Yuzhni (para el 31 de mayo de este año eran 70 barcos de 16 Estados).

Rusia está tomando todas las medidas necesarias para garantizar la navegación civil en los mares Negro y Azov. El puerto marítimo de Mariúpol fue limpiado de minas marinas y reanudó su funcionamiento normal.

Como resultado de un conjunto de medidas tomadas por la Armada rusa, todos los días entre las 08.00 y las 19.00 (hora de Moscú), se organizan corredores marítimos humanitarios en el mar de Azov (115 millas de largo y 2 millas de ancho) y el mar Negro (139 millas de largo y 3 millas ancho). Sus detalles y las coordenadas de la ruta se han puesto en conocimiento del público en general. En la zona de Mariúpol, dicho corredor opera sin obstáculos. En la región de Odesa, la responsabilidad de garantizar la seguridad de los barcos que salen de los puertos de la ciudad y se dirigen a la zona de reunión del corredor humanitario en el Mar Negro, recae en la parte ucraniana, que ha sembrado minas marinas en las zonas costeras del mar. Kíev elude la interacción con los representantes de los Estados propietarios de barcos extranjeros para resolver el problema de la salida segura de los barcos bloqueados.

El corredor humanitario en el Mar Negro se abrió el pasado 27 de marzo, por lo que las insinuaciones sobre el “bloqueo” del movimiento de barcos ucranianos son insostenibles.

Rusia ha pedido repetidamente a la comunidad internacional, principalmente a la Organización Marítima Internacional, que influya al Kíev oficial para que tome medidas destinadas a desbloquear y garantizar la seguridad de la salida de barcos extranjeros de los puertos de Ucrania.

5. Afirmación: Rusia está convirtiendo los cereales en arma y recorta los suministros de cereales y fertilizantes en respuesta a las sanciones occidentales. (Fuente: Declaración del presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la sesión del Foro Económico Mundial en Davos, 24 de mayo de 2022)

La realidad. La Federación de Rusia, como actor responsable en el mercado mundial de alimentos, tiene la intención de continuar cumpliendo concienzudamente sus obligaciones en virtud de los contratos internacionales en términos de entregas de exportación de productos agrícolas, fertilizantes, portadores energéticos y otros productos críticos.

Estamos profundamente preocupados por una posible crisis alimentaria y somos muy conscientes de la importancia del suministro de bienes socialmente significativos, incluidos los alimentos, en aras del desarrollo socioeconómico de los Estados de Asia, África, América Latina y Oriente Medio y los objetivos del desarrollo sostenible.

Este año se espera una buena cosecha de trigo en Rusia, que permitirá a nuestro país ofrecer 25 millones de toneladas de grano para exportación a partir del 1 de agosto de 2022. La oferta exportable de fertilizantes de junio a diciembre de 2022 ascenderá a por lo menos 22 millones de toneladas (el 20% del consumo mundial durante este período).

Después del inicio de la OME, Rusia continuó brindando asistencia humanitaria a los países necesitados por canales bilaterales y multilaterales. A través del Programa Mundial de Alimentos de la ONU se han enviado alimentos rusos a Líbano, Tayikistán, Kirguizistán, Cuba, Yemen y Sudán. De manera bilateral, se brindó asistencia a Sudán y Cuba — de 20.000 toneladas para cada país.

Al mismo tiempo, el principal obstáculo para las relaciones de exportación normales de Rusia (y Bielorrusia) con los compradores de cereales y fertilizantes son las restricciones unilaterales ilegítimas de la UE, EEUU y sus satélites.

El régimen de sanciones introducido por Bruselas y destinado a socavar la economía rusa, afecta las bases fundamentales de la actividad económica exterior de las empresas rusas, incluido el sector agroindustrial, limitando su capacidad para producir fertilizantes y productos agroindustriales y las posibilidades de exportar no solo a la UE, sino también a terceros países. El bloqueo económico de Crimea y Sebastopol por parte de la Unión Europea, incluidas las restricciones impuestas a los puertos de Crimea, en este contexto es un factor adicional que afecta negativamente a la seguridad alimentaria global.

Nos vemos obligados a constatar que, en este contexto, la Unión Europea utiliza abiertamente el tema de la «responsabilidad» de Rusia por el deterioro de la situación en el campo de la seguridad alimentaria mundial, para persuadir a terceros países de apoyar la política antirrusa de Occidente.

6. Afirmación: Las sanciones de la UE contra Rusia no afectan la seguridad alimentaria, ya que el sector agrícola de la economía rusa no es el objetivo de las restricciones de la UE. (Fuente: Blog del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, «Inseguridad alimentaria: es hora de actuar», 7 de abril de 2022)

La realidad. Hasta la fecha, la UE, EEUU y sus socios han impuesto medidas restrictivas unilaterales masivas y sin precedentes contra Rusia.

Es verdad que la UE no ha introducido una prohibición total directa sobre la importación de productos agrícolas rusos. Además, a pesar del embargo sobre el suministro de ciertos tipos de fertilizantes rusos, la UE prevé exenciones del mismo para satisfacer sus propias necesidades. Se permite la importación de fertilizantes a la UE desde Rusia para la temporada actual y la próxima (hasta el 9 de julio de 2023) en una cantidad igual al volumen anual promedio de importaciones de estos productos (se permite la importación de cloruro de potasio en la cantidad de 837.570 toneladas, otros fertilizantes restringidos — por un monto de 1.577.807 toneladas). Los Estados miembros de la UE también tienen derecho a permitir, a su libre albedrío, el acceso a los puertos de la UE de los barcos que enarbolan pabellón ruso, así como la entrada en la UE de los transportistas rusos por carretera para la importación o transporte de productos agrícolas, incluidos fertilizantes no restringidos y trigo.

Sin embargo, el efecto de tales excepciones es, en gran parte, ilusorio. Bruselas guarda silencio sobre lo principal: las sanciones unilaterales antirrusas impuestas perjudican a los mayores productores y exportadores rusos de productos agrícolas. Afectan directa o indirectamente las capacidades de exportación, financieras y de transporte de Rusia, en particular, en el sector de la alimentación. El objetivo final de todas estas acciones es obvio: socavar la economía de Rusia, comprendido el complejo agroindustrial.

La Unión Europea crea deliberadamente un clima de incertidumbre en las relaciones comerciales con la Federación de Rusia. Se están introduciendo o proponiendo medidas estrictas para controlar la aplicación del régimen de sanciones contra Rusia, incluida la responsabilidad penal por eludir o ayudar a eludir las sanciones unilaterales contra Rusia, que, según sus iniciadores, deberían obligar a los actores económicos de los Estados miembros de la UE a negarse a cooperar con los socios rusos. Como resultado, el transporte de carga, la prestación de servicios financieros y de seguros se ven seriamente obstaculizados, las cadenas logísticas se interrumpen, también a raíz de la inspección aduanera completa de las mercancías exportadas a la UE desde Rusia. Las entidades financieras y comerciales occidentales, intimidadas por las posibles consecuencias de violar el régimen de sanciones, en estas condiciones retrasan o, a menudo, cancelan las transacciones.

Además, se han impuesto sanciones personales contra los propietarios/dirigentes de los principales productores y exportadores rusos de fertilizantes — “Uralchem”, “Eurochem”, “PhosAgro”, “Akron”, lo que limita en gran medida la capacidad de estas empresas para mantener las relaciones comerciales normales con sus socios extranjeros tradicionales. El futuro de las fábricas que les pertenecen en el territorio de los países miembros de la UE es incierto. Es obvio que la Unión Europea está tomando medidas deliberadas destinadas a bloquear la exportación de productos alimenticios y fertilizantes rusos, también para impedir la presencia de Rusia en los mercados de terceros países. Así, Bruselas, al amparo de una retórica hipócrita, está agravando deliberadamente la ya difícil situación en el ámbito de garantizar la seguridad alimentaria mundial.

7. Afirmación: La operación especial rusa en Ucrania ha provocado un aumento sin precedentes de los precios de la energía. (Fuente: Comisario Europeo de Energía, Kadri Simson, 8 de marzo de 2022)

La realidad. Como consecuencia de un invierno frío de 2020-2021, para la primavera de 2021 las instalaciones de UGS en Europa estaban prácticamente vacías. La Unión Europea retrasó durante mucho tiempo la toma de decisiones sobre el llenado de sus instalaciones de almacenamiento de gas, a la espera de que bajaran los precios. Sin embargo, no hubo una disminución estacional en los precios del gas, debido a las dificultades económicas y tecnológicas de los productores estadounidenses de GNL, una serie de factores naturales, así como una recuperación gradual del entorno económico y un aumento en la demanda de GNL en Asia, a donde se destinaron los volúmenes adicionales de la oferta. Además, se exageraron las posibilidades de las energías renovables en la Unión Europea (en condiciones meteorológicas adversas, los parques eólicos generaron la mitad de electricidad de lo previsto).

Como resultado, a mediados de 2021 se había formado un déficit de gas en la UE. Así, a finales de 2021, las instalaciones europeas de UGS solo se llenaron hasta su mínimo de 72% (50,44 % en Austria, 54,43 % en los Países Bajos y 64,57 % en Alemania). El inicio del suministro a través del gasoducto Nord Stream 2 podría compensar la tensión en el mercado europeo del gas, pero bajo la presión de Estados Unidos y las fuerzas antirrusas en la UE, el gasoducto no empezó a funcionar. El crecimiento de los precios del gas también se vio facilitado por los errores estratégicos sistémicos de la Comisión Europea, que sigue una política irracional de abandonar los contratos a largo plazo, pasando a los contratos spot de gas (en septiembre de 2021 el precio por 1.000 metros cúbicos superó los 1.000 dólares, en marzo alcanzó un máximo de 3.600 dólares. Mientras tanto, según estimaciones de expertos, el gasoducto ruso en el primer trimestre de 2022 habría sido un 40 % más barato para los europeos que los contratos al contado. Es importante destacar que, según el modelo energético de la Unión Europea, independientemente del precio al que las empresas energéticas de la UE importen el gas de Rusia, lo venden a las compañías y empresas generadoras (y, por tanto, al ciudadano común) a precios de contado, recibiendo súper ganancias por ello. Como resultado, las empresas generadoras quiebran, se crean condiciones previas para la escasez de energía eléctrica y, en consecuencia, aumentan los precios para los consumidores comunes. Pero las autoridades de la UE no explican esto a sus ciudadanos.

La culpa también la tiene la política monetaria excesivamente liberal de la UE y EEUU y en las enormes inyecciones posteriores a la pandemia en las economías occidentales, que contribuyeron a la aceleración de la inflación y se tradujeron en el aumento de los precios en las bolsas de materias primas. Como resultado de la implementación acelerada del Acuerdo Verde Europeo por parte de la UE y la priorización general de la agenda climática, el sector del petróleo y el gas resultó gravemente desfinanciado.

El factor clave para mantener altos precios de la energía son los últimos paquetes de sanciones occidentales unilaterales y las constantes especulaciones sobre posibles nuevas medidas antirrusas en el sector energético, que provocan expectativas negativas en el mercado.

La congelación de las reservas de divisas del Banco Central de Rusia, las restricciones a los activos extranjeros de Gazprom y otros elementos de la política de sanciones obligaron a las autoridades rusas a introducir mecanismos para garantizar que los proveedores nacionales recibieran el pago de las contrapartes extranjeras por el gas suministrado. Los países, que imponen medidas restrictivas ilegales contra nosotros, ahora deben pagar por gas consumido en rublos. Para el 18 de mayo de 2022, aproximadamente la mitad de las 54 empresas importadoras de países inamistosos han cumplido las condiciones necesarias para ello. Los países que se ha negado (Bulgaria, Dinamarca, Países Bajos, Polonia, Finlandia), tendrán que pagar más por suministros de otras fuentes.

La expectativa de los países de la UE de reemplazar rápidamente el gas de los gasoductos rusos con GNL es ilusoria. La demanda mundial en 2022 superará la oferta (436 millones de toneladas frente a 410 millones de toneladas), los nuevos proyectos comenzarán a funcionar no antes de 2024 y los existentes podrán aumentar antes de esta fecha la oferta en un máximo de 10,6 millones de toneladas (15.000 millones de metros cúbicos) por año. La Comisión Europea, llamando en sus documentos presentados recientemente — el plan de Acción Europea Conjunta para una Energía Más Asequible, Segura y Sostenible y la estrategia de Interacción energética externa de la UE en un mundo cambiante — al abandono más pronto de los recursos energéticos rusos mediante la búsqueda de proveedores alternativos, al desarrollo de fuentes de energía renovables, al ahorro total de energía y el aumento de la eficiencia energética, no ofrece medidas reales para reducir los precios de la energía. Al mismo tiempo, la UE está tratando de dificultar que Rusia encuentre nuevos mercados, creando así el riesgo de una escasez artificial de recursos energéticos e incertidumbre en los mercados mundiales.

8. Afirmación: Rusia utiliza los suministros de energía con fines políticos. (Fuente: Blog del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, «Seguridad Energética de Europa y Cooperación UE-EEUU», 6 de febrero de 2022)

La realidad. En 2021 a Rusia le correspondió el 40 % de las importaciones a la UE de gas natural, el 27 % de petróleo y el 46 % de carbón. Desde los inicios del suministro de gas a Europa, a finales de los años 60 del siglo pasado, la URSS y luego Rusia partían de la premisa de que la cooperación energética debería permanecer fuera de la política. Tras el agravamiento de la retórica de los círculos de la UE, dispuestos negativamente hacia Rusia, en la primera década de este siglo, nosotros instábamos constantemente a Bruselas a no politizar la cooperación en esta área, llamábamos la atención de los socios a que la cooperación en el sector de la energía se lleva a cabo en interés de ambas partes, acercando las economías de Rusia y los países de la UE y haciendo una contribución estabilizadora al mantenimiento de la seguridad en el continente europeo.

Siguiendo los llamamientos de los propios miembros de la UE, en un esfuerzo por aumentar la cooperación de beneficio mutuo con nuestros vecinos occidentales, Rusia estuvo implementando nuevos proyectos de petróleo y gas en Rusia durante las últimas décadas, tendiendo gasoductos y oleoductos apropiados en la dirección de Europa. Con estos fines en 2000 se puso en marcha el Diálogo Energético Rusia-UE, con una estructura ramificada, y en 2013 se adoptó la Hoja de Ruta para la Cooperación Energética entre Rusia y la UE hasta 2050, se armonizaron los estándares energéticos, se planteó la conveniencia de coordinar las estrategias energéticas adoptadas.

Incluso durante los «conflictos de gas” entre Rusia y Ucrania en 2005-2006 y 2008-2009, así como después de 2014, Rusia demostró confiabilidad y garantizó suministros de energía ininterrumpidos de acuerdo con sus obligaciones. En el Foro de Países Exportadores de Gas en Doha en febrero de 2022, la parte rusa confirmó su compromiso de continuar exportando gas natural a los mercados internacionales, incluido el europeo.

Al acusar infundadamente a Rusia de tener planes para suspender las entregas de hidrocarburos a Europa, nuestros malhechores en la UE y al otro lado del océano están tratando con todas sus fuerzas de separar a Rusia de Europa, de romper todos los lazos entre nosotros, a pesar de que esto causará un daño enorme a las economías de los países de la UE y sus ciudadanos. La acusación arbitraria de que Moscú utiliza los suministros de energía con fines políticos se ha convertido, contrariamente a los hechos reales, en una parte de la guerra de la información, desatada contra Rusia por Bruselas y Washington, mientras que este último busca incrementar sus exportaciones de GNL a la Unión Europea.

No hay alternativas reales a los recursos energéticos rusos en el mercado europeo en un futuro próximo. Si su suministro es limitado, la economía y los ciudadanos de la UE se enfrentarán a enormes dificultades. Esto se entiende bien en algunas capitales de la Unión Europea. Por eso, en particular, a pesar de las declaraciones sobre el rechazo de los recursos energéticos rusos, varios países de la UE están ahora, por el contrario, aumentando en realidad la compra de gas natural ruso para su inyección en sus instalaciones de almacenamiento subterráneas.

Por lo tanto, es obvio que precisamente es la Unión Europea, al introducir o planear introducir sanciones unilaterales sobre los suministros energéticos rusos, politiza el sector energético, intenta utilizar la interdependencia de consumidores y proveedores de energía como instrumento de presión política, dañando al mismo tiempo su propia economía y el bienestar socioeconómico de sus ciudadanos, desestabilizando la ya difícil situación de los mercados energéticos mundiales. La decisión adoptada en la reunión del Consejo Europeo del 30 y 31 de mayo de 2022 de prohibir parcialmente la importación de petróleo y productos petrolíferos rusos a la UE confirma que la Unión Europea no está dispuesta a abandonar esta práctica viciosa, sin tener en cuenta los intereses de la comunidad mundial.

Junio de 2022

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