El camino de la luz

“Vidas encajonadas”. Reensamblajes conceptuales de Claudio Rama

Buscamos la luz y la energía, y nos abrazamos a ellas. Nuestra vida es luz y energía que buscamos conservar y sufrimos su pérdida, su entropía. La dependencia de la electricidad es el abrazo de la tecnología, es la emoción ante las cosas que permiten las energías. Somos otros con la luz entre nosotros con sus infinitas vidas. Y sufrimos como se nos escaba. Nuestra civilización nació al calor del fuego y ahora es la luz y la energía las que reducen las limitaciones e inseguridades. Con ella tenemos la palanca a otras vidas y salimos de la oscuridad. Sin ella estamos excluidos del mundo, y con ella nos volvemos sus esclavos. Las noches de hoy son luces de colores y cambiamos nuestros relojes de cotidianidad. La luz separa las sociedades, supera las pobrezas y nos vuelve amantes de sus beneficios, aunque también seamos desiguales por los accesos a la energía. 

Es que somos humanos eléctricos e incluso hemos inventado la muerte mediante la silla enchufada. Sin la luz no sólo casi no existimos, sino que es gracias a ella que nos podemos encontrar con los otros, también hambrientos de luz y energía. Se aceleró nuestra historia y nada de nuestra cotidianidad sería igual. 

Desde los edificios hasta el trabajo, las comunicaciones o los viajes, nuestra mirada al universo así como incluso la educación y el arte. Vivimos porque la electricidad y la energía nos lo permiten y sin titubeo nos arrodillamos ante las oportunidades que nos brindan. ¿Cómo no amar a la luz que nos saca de la oscuridad, que nos conecta con otros, que nos ilumina los caminos y nos señala nuevos senderos?. Es que ella es la llave de nuestra vida y nutre la existencia de cada uno de nosotros. Hasta la comida es la energía que nos mueve y donde somos apenas sus comensales, así como la luz alimenta las sociedades, también llena nuestros cuerpos. Nos conecta, nos electrifica y nos da vida. 

Nos acerca y aleja a los demás y nos separa de pasados de inseguridad y de la incertidumbre de la penumbra. Es más que el fuego. Sin luz no hay ni información. Las redes son la conexión de la electricidad que nos une y nos conecta. Cuanto más iluminados somos más seguros. La energía es la seguridad, haciéndonos más humanos con las tecnologías. Es que la luz marca el nacimiento de nuestra historia real. ¿Cómo no amar y abrazarnos, esclavizarnos y adorar aunque sea a la primera lamparita que nos acompañe en cada momento?¿Cómo no querer reducir las asimetrías de los distintos enchufes que nos separan?.

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