Según la Secretaría de la oficina del Gabinete, el primer ministro Fumio Kishida dio positivo en una prueba de PCR el 21 de agosto, tras presentar síntomas como fiebre leve y tos en la noche del 20 de agosto. Actualmente se recupera en su residencia oficial y solo los miembros de su familia están en contacto con él. El titular del Gobierno nipón estaba de vacaciones desde el 16 agosto y tenía previsto regresar al trabajo el próximo 22 de agosto.
Japón registra, según los últimos datos, un pico de infecciones de coronavirus: unos 253.192 contagios en la última jornada. El 19 de agosto el país registró 260.948 casos de Covid, es el mayor número en los recientes días.
Desde principios de julio, el país vive un drástico crecimiento de contagios por el SARS-CoV-2, por lo que las autoridades anunciaron el inicio de la séptima ola. El 7 de julio, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, declaró que los nuevos casos aumentaron un 140% en tan solo una semana. Por esta razón, el Gobierno decidió postergar el lanzamiento de un programa para incentivar el turismo interno, pero también descartó imponer medidas anti-coronavirus o proponer a la población el teletrabajo.
En total, Japón ha detectado unos 16,72 millones de contagios y más de 36.500 defunciones por el virus en lo que va de la pandemia.
El número de los casos de coronavirus entre los menores también está en ascenso. El país registra una cifra semanal que supera los 300.000 contagios, eso duplica el pico anterior durante la sexta ola a principios de este año 2022.
Sin embargo, la tasa de vacunación de los niños de 5 a 11 años es baja, por eso el Ministerio de Salud japonés intensifica sus llamamientos a los padres a vacunar a sus niños.
Aunque el número de nuevos contagios desciende, las cifras siguen siendo elevadas. Eso obligó a las autoridades locales a cerrar más de 100 guarderías y otros centros de atención infantil en todo el país, así como algunas escuelas primarias, antes del inicio de las vacaciones de verano en Japón.
