El traje nuevo del emperador

Hay un cuento que puede servir para leer la situación actual de lo que está pasando con la reforma de la educación en Uruguay por estas fechas. Es conocido en diferentes versiones como el traje nuevo del emperador o El rey desnudo. 

Cuenta una escena donde la mayoría de quienes participan se hacen los desentendidos ante la evidencia de que la seda que viste al Rey no es tan especial sino que es una estafa y camina desnudo. Una cosa que es una verdad obvia negada por todos de común acuerdo ya que es proclamada por el poder.

Las últimas semanas han sido intensas en materia de educación. Tenemos una rendición de cuentas a estudio del parlamento que comienza su etapa en el Senado

Una rendición que asigna cero peso a la Universidad de la República, a la Anep le asigna unos 30 millones de dólares de los 49 millones que solicitaba. Todo esto luego de dos años de pérdida de unos 140 millones de dólares en el presupuesto educativo preuniversitario y unos 40 millones a nivel universitario. Un asunto complejo y poco consistente con lo que se señaló en campaña electoral y más aún luego de una pandemia que afectó tanto el funcionamiento de la educación. Esto es negado por las autoridades a pesar de que los informes al parlamento indican lo contrario.

No es la única negación de un gobierno que negó la inseguridad alimentaria a pesar de tener informes que decían lo contrario, o de un gobierno que dice que se comprometieron con la ciudadanía y por eso no hay manera de revisar cometiendo dos errores de porte, el primero es que no es un gobierno particularmente apegado a las promesas de campaña, esto es claro en materia de combustibles, impuestos y salarios, pero a su vez incurren en en segundo error que es entender que la democracia para la ciudadanía es votar una vez cada cinco años y acatar las órdenes. Esta versión restringida de la democracia es una de las razones por las cuales el rey está desnudo.

A su vez, nos encontramos en un proceso de reforma que se está complejizando por responsabilidad exclusiva del propio gobierno.

Uruguay ya transitó una iniciativa con perfil autoritario y con un fracaso importante producido por la gestión de Bonilla (del mismo Partido Colorado de Rama) que pulverizó prácticamente toda la reforma del período anterior. Actores que se repiten y modos que se repiten. Las actuales autoridades son las viejas autoridades que reeditan un reformismo con demasiadas similitudes.

Lo curricular y el debate democrático

La discusión de lo curricular es una discusión bien importante y también compleja. Supone seleccionar aquellos aprendizajes que son claves en nuestra educación obligatoria, implica dar cuenta de lo que existe como conocimiento científico disponible pero además incluye los valores que pretendemos como sociedad, entre otros temas.

Es por tanto, una conversación que abarca a toda la sociedad y que requiere de climas que permitan el intercambio y la construcción de un nosotros que incluya.

Es también una discusión compleja ya que debe lograr procesar esos insumos de forma técnica, en marcos curriculares, progresiones de aprendizajes, perfiles de logro y programas.

La conversación sobre lo curricular es una conversación hermosa, trata de los saberes, los cuidados y nuestros futuros posibles.

Los tiempos y las formas

Las autoridades han anunciado dos cambios curriculares en simultáneo y con plazos perentorios. Estamos hablando de los niveles de inicial, primaria y educación media y todos los programas de las carreras de formación en educación.

Los mismos son en plazos de un año para toda la educación obligatoria y de dos meses y medio en el caso de la formación en educación. No se plantea la posibilidad de modificar, dicho a texto expreso por las autoridades y ratificado en los últimos días con las modificaciones incorporadas en el marco curricular de la educación obligatoria. 

A todas luces un cambio express que abarca a unos 700.000 estudiantes y todos los docentes del país.

Más allá de la necesidad constante de actualizar y discutir que se enseña, como se enseña y para que futuro, no parecen ser los tiempos ni las formas necesarias.

Descalificar la posición de quienes no son consultados o lo son a título de simulacro no ayuda a tan relevante conversación para nuestra sociedad.

El gobierno sigue insistiendo en cambiar con mirada y perspectiva de un período de gobierno y lo hace en un país dividido en mitades desde hace décadas y que no parece cambiar en un futuro próximo. Esto da cuenta de la debilidad de los cambios propuestos.

En estos días se conoció un relevamiento donde la inmensa mayoría de la ciudadanía (75%) no tiene idea de los cambios que se están proponiendo. 

Parece necesario dar cuenta que falta mucha gente en la conversación, los actores directos de lo educativo sin lugar a dudas, la mayoría de la ciudadanía también.

A mitad de la administración están a tiempo de revisar el camino por uno que sea más fértil. 

Pablo Caggiani

Maestro, directivo de Ineed y exconsejero del CEIP

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