Eutanasia y Afroumbandismo

Umbanda y Cultos Afro no ha tratado el tema eutanasia en forma institucionalizada. Por ende, no hay una postura oficial, aunque ésta se infiere de sus enseñanzas, prácticas y doctrina, y se aprecia concretamente por la creencia en la reencarnación. 

Daremos la visión desde el dogma y luego nuestra postura personal.

Inferido de la liturgia doctrinal afroumbandista, el disponer de la vida así sea la propia, ensucia el karma seriamente y retrasa la evolución espiritual. Esa es la enseñanza basada en la existencia del mundo astral, previo y posterior al pasaje terrenal, el don de la existencia potestad del Creador, y la muerte vista como parte del ciclo de la vida. 

Casi tan importante como el comienzo de la fase terrenal en el momento de dar a luz, la muerte es una instancia de alta sensibilidad, donde el espíritu se prepara para descansar pasando por diferentes planos. 

Cualquier violencia provocada hacia el cuerpo, antes o en tiempos post fallecimiento cercanos, afectaría los mundos visible y no visible por la conexión esotérica. Podría darse atraso evolutivo, aumento en las reencarnaciones, en definitiva; un espíritu desencarnado por manipulaciones no naturales, afectaría la paz propia y de los demás por el desequilibrio intrínseco que repercute en todos los planos. Es una distorsión violenta de la naturaleza con sus consecuencias.

En esta filosofía religiosa existe un notorio e implícito rechazo a la eutanasia, suicidio asistido, aborto, hasta la donación de órganos estaría mal vista debido al carácter simbólico de las creencias.

Por eso dependiendo del grado de compromiso sacerdotal o religioso de quien desencarnó, hay diferentes protocolos de despedida de restos mortuorios y de los objetos de uso ritual, con el fin de que el desprendimiento de la materia sea un proceso y no un desarraigo. Por ello no se admite ningún tipo de mutilación, menos poner fin a la vida, incluso en algunos casos, se pide sepultura en tierra sin cremaciones. Al menos por un tiempo estimado que permita el paulatino desapego del espíritu a lo material.

Hago un paréntesis para decir que estando en el Parlamento la legalización del aborto, dimos nuestro apoyo afirmativo a la votación de la ley conocida como de interrupción voluntaria del embarazo, ya que entendemos que brinda una herramienta pública de asistencia a quienes tomen la decisión de abortar, auxiliando en salud sexual y reproductiva a la población femenina más desprotegida y de escasos recursos. Así como también admitimos el control de la natalidad.

Volviendo al principio; somos religión espiritista, animista, simbólica y ancestral. Reencarnacionista y monoteísta. Con nombres del Creador según el origen étnico tribal, sea Olorum u Olodumaré para los yorubas y Zambi para los bantúes. Población esclavizada durante la época de las colonias de Europa en las llamadas américas.

La vida es comprendida en términos de dádiva intangible, “ashé” o aliento vital, energía, espíritu, alma; no termina con la materia ni empieza con ella, es un proceso de diferentes manifestaciones donde la encarnación, desencarnación y reencarnación, son partes de un todo que a su vez está conformado por el universo, la naturaleza y dentro de ella las personas, obra máxima con ciertos privilegios y también responsabilidades de cuidado a sí misma y al ecosistema, en dominio de su libertad, libre albedrío, razonamiento y sentimientos. Puede superarse yendo hacia el bien, o cometer errores y hundirse según su capacidad consciente de elegir y asumir la responsabilidad por dicha elección, donde la armonía individual influye en el todo y viceversa. Es el equilibrio de la Tierra a salvaguardar, casa de la humanidad actual y para futuras generaciones. 

Hasta allí llegan las consecuencias de nuestros hechos y omisiones.

Quitar la vida o ayudar a hacerlo es un acto de violencia que atrae negatividad. No hablamos de “pecado” que es una ideología cristiana, sino de inestabilidades energéticas, porque es misión humana los cuidados, propios, con la otredad, y con el ecosistema que nos alberga. El axé o fuerza vital es una gracia a honrar, así como el medioambiente del que somos parte. Siendo el pasaje por este mundo un transcurso kármico, resultado de la no evolución total del espíritu. 

Cómo acompasa esto con los valores de solidaridad, fraternidad, asistencia y ayuda, que moviliza a toda comunidad religiosa, también a la nuestra, ése es el tema.

Las políticas invasionistas europeas culpables del genocidio indígena y de la diáspora esclavista, determinaron el sincretismo obligado.Más allá de eso, Cultos Afro es cultura Afro, y eso tiene una historia, un contenido tradicional que somos llamados a conservar, identidad y cosmología legada durante milenios por antepasadas generaciones víctimas de la esclavitud. Los Egunes Ilustres son nuestras muertas y muertos divinizados, ancestrales que viven entre nosotros en una dimensión inmaterial y son venerados en ceremoniales.

Sin dejar de decir LO QUE ES TRADICIÓN, quiero compartir LO QUE SIENTO frente al tema que nos convoca, reflexionando en colectivo. 

Porque si no dudara no sería humana, y si no se los dijera no sería honesta. 

Creo humildemente que en algunos casos y situaciones cuando la compasión y el amor nos guían, tanto la eutanasia, como el suicidio asistido y la donación de órganos, no sólo no alterarán el equilibrio de la naturaleza, sino que contribuirán a la paz espiritual de las personas involucradas, y por ende, no traerán ningún perjuicio kármico. 

Una experiencia familiar dolorosa me marcó en tal sentido. 

Me tocó hace dos años sufrir la partida de mis padres viejitos, muy buena vida familiar y social, muy regreso en paz, ochenta años juntos, casi 99 y 94 de edad, rodeados de amor. Pero el sufrimiento por las escaras y otras dolencias era inenarrable. No sólo no era digno de sus maravillosas vidas, sino que eran literalmente torturados por los cuidados que se suponía les prolongaban la existencia. Cada movimiento para buscarles venas que ya no se encontraban y pasarles suero, hacerles la higiene, cada manipulación inevitable era un sufrimiento espantoso. Aún en medio del dolor de perderlos, pensé muchas veces en que la muerte sería un alivio para ellos. Esta es mi contribución a la reflexión sobre un tema de aristas interminables.

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