Fernando Pereira: «El Frente Amplio comenzó a volver»

Fernando Pereira dialogó con Tele R e hizo un repaso de su vida sindical, los avatares que tiene por delante la izquierda en América Latina y los desafíos del FA de cara a 2024

Fernando Pereira dialogó con Tele R e hizo un repaso de su historia sindical. Narró cuales son los desafíos para la izquierda en América Latina y Uruguay, además de explicar como viene trabajando el Frente Amplio, de cara a 2024. Pereira dijo que con el presidente Lacalle Pou, tiene !un «vinculo excelente» y que «no se trata de buenas personas o malas personas», pero «entendemos que no estaban preparados para gobernar». A la vez aseguró que el Frente Amplio tiene programas «que atienden los problemas de la gente».

¿Cuáles son los desafíos de la izquierda en América Latina?

Muchos. Un desafío es encontrar canales de comunicación con la sociedad, para que el proyecto progresista; que debería incluir a toda la sociedad, y a los sectores populares más amplios del país se construya en el plano de transformación nacional y regional. Que el Mercosur sea una prioridad de construcción de política exterior, para que cuando los partidos progresistas lleguen al gobierno no vacilen. La mirada americanista e internacionalista no se deben perder. El organismo de la izquierda no se debe perder. Hay muchas coyunturas que no son electorales, sino que son de valores, éticos y de formas de gobernar que le cambia la vida a la gente. En América Latina, la izquierda ya no es testimonio, ahora tiene posibilidades reales de gobernar.

¿Qué es para Fernando Pereira ser de izquierda?

Ser de izquierda es una forma de ver el humanismo en profundidad. La izquierda es no admitir la concentración de riqueza y tratar de revertir esa condición. Revertirla para que a los pobres les toque lo que les pertenece. Como dice el Papa Francisco, ‘si a los pobres le toca lo que les pertenece, es porque alguien lo tiene’. Si alguien compra por ejemplo Twitter; que es un teatro de comunicación planetaria, porque un millonario entiende que la comunicación tiene que ser democratizada, ¿con quién discute eso?. Ser de izquierda es la igualdad social, sacar a personas de la pobreza, distribuir la riqueza mejor y admitir que existen personas explotadas. Ser de izquierda es mirar a tu patria con cariño, reconocer tu propia historia y tratar de cambiar lo que está mal. La izquierda unida en Uruguay se llama Frente Amplio. Se tiene que ir en búsqueda de otras izquierdas que no están en el Frente Amplio para alcanzar acuerdos. Ser de izquierda no es exclusivamente ser del Frente Amplio.

Llegar a la presidencia del FA desde un lugar diferente, ¿Cómo lo vivió?

Fui parte de la casa del PIT-CNT treinta años de mi vida. La mayor parte la pasé discutiendo y conversando con los compañeros y sindicalistas sobre cómo mejorar la condición del trabajo y la de los trabajadores. Conversando sobre cómo la negociación colectiva es un instrumento de transformación profunda. Me tocó ser parte de la transformación y un proceso de fortalecimiento del movimiento sindical. Naturalmente fue un día de honda emoción para mí. Como presidente del Frente Amplio, sentí orgullo que en el Uruguay exista una central de trabajadores con ese poder de convocatoria, con esa potencia de convicciones políticas y con un conjunto de propuestas que enaltece a una organización sindical, que no solo mira a los trabajadores organizados, sino que lo hace al conjunto de la sociedad para colocar propuestas que atienda a los sectores más vulnerables. Cualquier país en el mundo querría tener el movimiento sindical que tiene Uruguay.

¿Recuerda los comienzos de su vida en el movimiento sindical?

Sí, por supuesto. Yo era un dirigente muy joven cuando comencé. Tenía la idea de cambiar el mundo, que otro Uruguay era posible y necesario. Que la lucha de los trabajadores iba a construir condiciones para que esos cambios fueran posibles. Dediqué mis mejores horas, de mis mejores años. Yo milité con Pepe D’ Elia, Melgarejo, Villa Verde, José Díaz y el «lechuga» Pereira. Había dirigentes de los que uno aprendía día a día. El mayor orgullo que tuve como trabajador fue haber sido presidente de la central de los trabajadores uruguayos. Creo que lo defendí con todo el estudio a disposición que tuve. Siento orgullo de mi historia dentro del movimiento sindical, estoy sin lugar a dudas orgulloso. El movimiento es humanista. Si hay problemas, vas a ver un movimiento sindical dando una mano. Esa cara no se muestra, pero es divina, tan hermosa como lo es la lucha unida.

¿Quiénes fueron sus mentores? 

Florit fue mi referente, sin lugar a dudas. Garibaldi y Teresa Capurro también fueron personas que me inculcaron grandes conocimientos. Hay cosas de las que no me voy a olvidar nunca. En Jorge Mesa encontré la reflexión política más profunda, un gran dirigente del SUNCA del cual nos hicimos grandes amigos. El Uruguay no termina nunca en el año en el que vives. Nosotros queremos ser la izquierda de la propuesta, de la producción; aquella que sea capaz de movilizar la matriz productiva del país. La izquierda tiene que mirar al futuro y ser la esperanza de la gente.

¿Cómo está el diálogo con el gobierno?

No hay problema de diálogo, sí de entendimiento. Hay pocas manos uruguayas que concentran unos nueve mil millones de dólares en el extranjero. Mientras muchos uruguayos se alimentan en ollas populares y eso no está bien. Tuvimos caídas salariales y de las pasividades en estos dos años. El gobierno dio un adelanto a cuenta del aumento que viene en abril para cobrar en agosto, eso no está bien. No le pueden echar la culpa al gobierno anterior. Desde Cabildo Abierto, uno de los integrantes de la coalición se presentó una minuta que se elevó al Ejecutivo para bajar el IVA veintena de productos, porque la situación económica no está bien.

Se trata de los productos que consumen los uruguayos, en donde básicamente se gasta en artículos de alimentación y para pagar el alquiler. Se aumentaron siete veces los combustibles por encima de los salarios e IPC. Eso no está bien. La gente sabe que las cosas no están bien y eso las personas lo comienzan a analizar. La LUC, cambia las reglas del juego en el mundo laboral, eso no está nada bien. Nosotros le alcanzamos un conjunto de propuestas al Gobierno, pero tenemos claro que hay dos proyectos del país. No creo que sea compatible con el proyecto de país que privilegia al maya oro, estos concentran y no derraman riqueza. Tenemos la necesidad de ser una alternativa a un Gobierno que entendemos que no estaba preparado para gobernar. Yo con el presidente Lacalle Pou, tengo un vinculo excelente. Acá no se trata de buenas personas o malas personas. Pero entendemos que no estaban preparados para gobernar.

No hay que olvidar que el Gobierno sufrió la pandemia del covid

Sí. Eso fue un suceso, al cual se lo acompañó y se lo apoyó al gobierno. Se tuvo una actitud responsable ante el coronavirus. Nosotros actuamos con responsabilidad. Uruguay tenía alternativas para superar esto y lo hizo.

¿Cómo trabaja el Frente Amplio de cara a 2024?

El Frente Amplio va a aprobar su plan político. Se están diagramando cuestiones referidas a la construcción de programas. Tiene el pueblo a pueblo que se lo denominó ‘El Frente te escucha’. La comisión de programa circula por todo el país. Este plan le va a dar más herramientas a la gente, sin lugar a dudas. Hay dos modelos de país que se van a ver reflejados en la Rendición de Cuentas.

Sobre las propuestas de carestía y asistencia social, hay dos modelos claros. Pero estamos seguros que el Frente Amplio comenzó a volver. Generamos programas que atienden los problemas de la gente, los tenemos. Y en los personal vamos a dedicar el 40% de la presidencia a estar en el interior del Uruguay.

¿Qué le dice al Fernando Pereira de hace 15 años atrás?

A ese Fernando Pereira le digo que no tenga miedo. Podía haber sido más maduro, pero tuvo la gran responsabilidad de dirigir a la central de los trabajadores uruguayos, junto con otros compañeros y compañeras. Que, durante ese tiempo se llevaron adelante avances muy importante. Decirle que, en lo sustancial él no ha cambiado. Sigue siendo un humanista cristiano, que continúa leyendo los libros de reflexión política, al igual que de los grandes pensadores libros de filosofía y encíclicas. A ese hombre le digo que probablemente sea el presidente del Frente Amplio, algo que no pensaba y acá está haciendo su mayor esfuerzo. Tiene que saber que es un privilegiado. Decirle que, en las organizaciones colectivas nadie es más que nadie. Que sea consciente que, si el equipo no funciona de manera articulada, no somos nada, solo somos uno. Y le quiero decir al Fernando Pereira de hace 15 años atrás, que le envidio la edad.

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