Hace exactamente 17 años, un 25 de noviembre del 2005 falleció George Best, el futbolista irlandés figura dentro y fuera de la cancha que fue conocido como el “quinto Beatle”. Nació en mayo de 1946 en Belfast en Irland del Norte y fue descubierto a los 15 años por el reclutador del Manchester United Bob Bishop, quien al verlo jugar mandó inmediatamente un telegrama al equipo diciendo que había encontrado a un genio del futbol.
No se había equivocado ya que Best demostró ser un jugador de enormes cualidades, tenía velocidad, toque y además era ambidiestro, pese a eso le costó adaptarse al Manchester United.
El 14 de septiembre de 1963 a los 17 años debutó como profesional y dos semanas después marca su primer gol contra el Burnley. Había nacido un nuevo ídolo en un fútbol inglés que en esa época era monótono, rudo y carente de virtuosismo. George fue considerado una luz que puso el toque de irreverencia y también de desfachatez. A los 22 años el futbolista ya había ganado dos títulos de liga, uno de campeón goleador y percibía un salario significativo.
En 1965 cuando ganó su primer título de liga lo apodaron el Beatle por su aspecto físico y su corte de pelo. Asimismo tuvo una vida pública ajetreada, llena de alcohol, mujeres y autos deportivos. Tuvo su propio club de fans y se vestía como una estrella, contaba con una casa moderna estilo Play Boy donde organizaba fiestas todas las noches y además las bebidas alcohólicas siempre estaban a la mano.
Ganó la copa de campeones de Europa, fue nombrado mejor futbolista del continente y a sus 23 años fue el más joven en recibir ese galardón. Las mujeres y el alcohol formaron parte integral de su vida e incluso hizo que se retirará momentáneamente del futbol cuando en 1972 se fue a vivir a Marbella.
Decidió después regresar a Inglaterra pero ya no fue el mismo ya que llegaba ebrio a los entrenamientos y se presentaba a los partidos oliendo a alcohol. El capitán del equipo, el legendario Bobby Charlton lo delató al entrenador. Su último partido con el Manchester United fue el 1 de enero de 1974, en 10 años en el club Best jugó 361 partidos y marcó 1136 goles. Tras su salida estuvo en varios clubes por cortas etapas por Estados Unidos y Escocia.
Después de su retiro se dedicó a ser comentarista deportivo pero principalmente se dedicó a las mujeres y la bebida, incluso abrió un club nocturno.
El año 2002 la sanidad pública le salva la vida con un trasplante de hígado pero eso no lo detuvo y sigue bebiendo con su nuevo órgano. Pasó sus últimos días bebiendo en su bar favorito, el fin ALMS en Chelsea.
Los vecinos se acostumbrarlo a verlo vagar ebrio por las calles y los bomberos le asignaron una pieza en el cuartel para resguardarlo. El 3 de octubre del 2005 fue internado en cuidados intensivos en un hospital de Londres y ese 25 de noviembre a los 59 años falleció.
