Homenaje al Padre Cacho con obras plásticas de Leandro Gómez Guerrero

Fue inaugurada en la explanada de la Intendencia de Montevideo y recorrerá los barrios de la ciudad.

Una exhibición de obras plásticas en homenaje al sacerdote Ruben Isidro Alonso (Padre Cacho) a los 30 años de su fallecimiento fue inaugurada en la explanada de la Intendencia de Montevideo y posteriormente será instalada en distintos barrios de la ciudad. Estará frente al edificio central de la comuna hasta el 11 de este mes.

Se compone de tres obras plásticas del artista Leandro Gómez Guerrero, incluido el retrato que acompañó la procesión de carrito y clasificadores al cementerio el día de su fallecimiento y una versión actual de la obra “Cristo del carrito”, originalmente encomendada por el el sacerdote al artista cuando era adolescente.

La intendenta Carolina Cosse afirmó que «el calor de la memoria de Cacho durará por siempre y trataremos de hacerle honor a él, así como a tantas y tantos luchadores del antes y del ahora, por la justicia, la igualdad de oportunidades y la dignidad humana». La jerarca comunal resaltó el caracter itinerante de la muestra por los barrios para «hablar de la obra de Cacho, pero también de la obra que hay que hacer hoy, de lo que estamos haciendo y de lo que nos queda por hacer; de lo bueno que es que nuestra sociedad sea más justa».

Cosse destacó el papel de los pueblos a los largo de la historia porque «siempre han encontrado algo que los une en pos de una vida mejor. En algún momento fue la libertad por distintos motivos. Quizás hoy el concepto que nos podría unir es el de la justicia: justicia social por los más débiles, justicia ambiental y justicia por el trabajo».

Nacido en el barrio Villa Dolores (Montevideo) el 15 de mayo de 1929, fue un sacerdote católico que desarrolló una obra en torno a obtener vida y vivienda digna, así como trabajo estable, para los clasificadores de desechos de la zona. Fue ordenado sacerdote en la congregación salesiana en 1959 y ejerció su sacerdocio en los departamentos de Rivera, Paysandú y Montevideo. En 1978 se instaló en la zona de Aparicio Saravia, dentro de la parroquia de los Sagrados Corazones. Trabajó en comunión íntima con vecinas y vecinos, al punto que a fines de ese año decidió mudarse al barrio Plácido Ellauri.

Su discurso y forma de vida vinculado a la exclusión y desigualdad fue radical. «Cacho nos lleva hasta las personas más pobres, nos hace detenernos en ellas hasta encontrarnos con su riqueza y su verdad”, indica el libro Cuando el otro quema adentro, padre Cacho, de Mercedes Clara (editorial Planeta, 2021). Murió el 4 de setiembre de 1992 y sus restos fueron transportados por un carrito de clasificadores de desechos hasta el cementerio del Norte.

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