«La depresión es a veces estigmatizada dentro del Ministerio del Interior» dice la presidenta del sindicato policial

“Nos enseñaron a ser fuertes y que la debilidad es pedir ayuda" sostiene Patricia Rodríguez.

Nuestro país es uno de los que registra las tasas más altas de suicidio en América, con una tendencia al alza desde hace 20 años. En lo que va del año 2022, 16 policías se suicidaron y teniendo en cuenta que en la profesión que ejercen estos efectivos lidian con situaciones de carácter fuerte y estrés, hacer campañas no es suficiente. En ese marco la presidenta del Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo (Sifpom), con representación en todas las unidades y departamentos de nuestro país, Patricia Rodríguez, habló con Grupo R Multimedio. Al respecto expresó que hay herramientas para reforzar el cuidado de la salud mental pero que para mejorar el abordaje también hay que cambiar la perspectiva que se tiene del oficio.

Teniendo en cuenta los casos de suicidio pero también todos aquellos efectivos que solicitan o requieren de atención profesional, Rodríguez remarcó que desde el sindicato vienen trabajando en el tema desde el año pasado, donde realizaron un simposio en el Parlamento sobre salud mental y prevención del suicidio en la Policía y presentaron un proyecto del cual participaron varios sindicatos de la fuerza, técnicos y profesionales del tema.

Rodríguez señaló que desde el sindicato “no sólo estamos denunciando las carencias, sino que presentamos ante una comisión de salud del Parlamento un proyecto alternativo. Nos hemos movido con todos los espectros y tenemos acciones para poder visibilizar esta problemática. Que de una vez por todas se puedan resolver cambios positivos y que se le dé herramientas a los compañeros que están atravesando esta enfermedad (la depresión), que es a veces silenciosa y estigmatizada dentro de nuestro Ministerio (Interior), donde muchas veces los compañeros son juzgados por tener que certificarse. Hay mucho para trabajar y también desde la parte económica de un funcionario que está cobrando una miseria por estar certificado y que tiene que lidiar con su enfermedad y con la carencia salarial”.

En lo que respecta al proyecto presentando, informó que si bien está abierto a modificaciones, la cuestión es que salga coordinado entre todas las partes y logre su objetivo que es la prevención del suicidio en el ámbito policial.

El texto presenta la definición de factores de riesgo psicosociales, así como acciones sociales destinadas al apoyo del entorno social policial afectado y pensado en los Factores de Riesgos al funcionario. También acciones políticas enfocadas al Poder Político, al Sistema, al Estado; acciones estratégicas como base del Plan Estratégico; acciones jurídicas con insumos legales y de apoyo a los sobrevivientes; y datos estadísticos. Contabilizando así más de 38 acciones a tomar.

Entre estas se destaca demandar atención del Hospital Policial y la presencia permanente de psicólogo en puerta de emergencia. Dicho centro de salud cuenta con un departamento de salud mental.

Consultada Rodríguez por cómo trabaja este servicio expresó que “es según a quién le preguntemos porque si le preguntamos al Hospital nos dice que trabaja maravillosamente, ahora si le preguntamos a los compañeros, en realidad nos llaman desesperados muchas veces de la puerta de emergencia para que le consigamos por favor que los atiendan». Agregó que «los mandan con un pase a dos meses para ver un psicólogo o el que los puede atender es un psiquiatra de puerta y prácticamente los medicados se deben enfrentar a un perjuicio porque los desarman, porque no pueden hacer 222. Tampoco van a poder uniformarse para viajar en el transporte y abonar el boleto les infiere grandes problemas económicos». 

La presidenta de Sifpom acotó que «hay una desestimulación a que el compañero consulte, porque en realidad si no le damos apoyo psicólogos, que tendrían que estar para nosotros las 24 horas en el Hospital, lo que estamos haciendo es generar una desestimulación”, además agregó que políticamente “se está trabajando en bajar lo que tiene que ver con la certificaciones y no se está trabajando en las causas de la certificaciones”.

Patricia Rodríguez aclaró que las causales “suelen ser presión en la tarea, acoso laboral y a veces sexual y un sistemático maltrato” y agregó que los efectivos policiales “tienen un plus cuando trabajan, que es el ser mal visto por la sociedad”. Entonces concluyó que: “tenemos un combo de presión”.

“Ni que hablar los compañeros que trabajan en cárceles o los compañeros bomberos que son los primeros que llegan a sacar personas, a veces muerta, en estado de putrefacción, ahorcada. Los funcionarios se enfrentan a muchas situaciones de violencia, algunas más extremas que otras, te podes encontrar con hecho de violacion, con un femicidio, con el asesinato de un niño y son cuestiones que obviamente deben ser canalizadas como corresponde” detalló y agregó que también “nos deben enseñar o entre nosotros, a fomentar la empatía para que cuando un compañero necesite esa ayuda no sea mal visto ni que se considere como una debilidad consultar”.

«Los mandos deberían aprender a mandar»

Otra de las acciones propuestas en el proyecto de estrategias es la inclusión en la currícula de todos los cursos de formación Policial, la temática de Salud Ocupacional (fundamentalmente que se hable de las condiciones y medio ambiente de trabajo). Al respecto Rodríguez expresó que las malas condiciones suceden en todas las escalas jerárquicas, “pero a veces los que están más abajo terminan más presionados y por ello la prevención es una problemática que debería abordarse desde la escuela. Hay talleres pero no es suficiente, hay que darles herramientas claras y para eso no pueden salir de la escuela con una visión y después enfrentarse con que la realidad es otra”.

“Algunos compañeros que se animan a denunciar hechos de corrupción, después son más perseguidos que los propios que denunciaron, o sea, los mandos deberían aprender a mandar sin hostigar. Todo esto va más allá de solo la salud mental del efectivo sino que también tenemos que evitar gobernar con acoso moral”, ejemplificó.

“Nos enseñaron a ser fuertes y que la debilidad es pedir ayuda, no nos inculcaron empatía con nuestro compañero y lo que le pueda estar sucediendo. Muchos intentan que perdamos la humanidad, que veamos al que se certifica como alguien que está de vivo y que va a ser un número menos para los servicios, que lo estigmaticemos y los hagamos sentir fuera del sistema si necesita ayuda profesional. Muchos dicen que la vieja policía era la buena policía pero somos trabajadores con derechos como cualquier otro”, finalizó.

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