Más armas, más soldados y, en definitiva, más inversión en materia de Defensa para garantizar la paz de los aliados de la OTAN. Esta es la principal conclusión que arroja la primera jornada de la madrileña cumbre de la Alianza Atlántica, que finalizará hoy.
En su nueva hoja de ruta para los próximos 10 años, calificada como Concepto Estratégico de Madrid, ha pasado de considerar a Rusia como un “socio” a hacerlo como “la amenaza más peligrosa y directa en la actualidad”, un hecho que hace recordar inevitablemente a la Guerra Fría y a la política de bloques, hacia donde todo hace indicar que el mundo se aproxima, otra vez. El primer ministro británico, Boris Johnson, celebró que Finlandia y Suecia hayan sido invitados a formar parte de la OTAN tras firmar un pacto con Turquía para desbloquear su acceso, lo que considera «gran paso hacia adelante» que hará «más fuerte» a la Alianza Atlántica.
Además, China aparece mencionada por primera vez en un Concepto Estratégico, que comenzaron en 1949, y lo hace ubicándola como un país cuyas políticas “suponen un reto para nuestros intereses y nuestra seguridad”, pero rechaza sin embargo calificarlo de «adversario». En definitiva, refleja que intuyen a China y Rusia como las dos potencias líderes del bloque de los países no democráticos. Sin embargo, para mandar un mensaje a Pekín, en la cumbre han estado presentes por primera vez socios en el Pacífico como Japón, Australia, Corea del Sur o Nueva Zelanda.
Así, la OTAN ha evidenciado que se prepara para una etapa en la que los enfrentamientos entre países sean habituales en un mundo cada vez más polarizado. La OTAN recupera el concepto de integridad territorial de todos los aliados -un requisito solicitado por España-, en lugar de la integridad territorial aliada. Este matiz jurídico implica que Ceuta y Melilla quedan cubiertas en caso de agresión extranjera en su totalidad. Por otro lado, la Alianza ha incluido en su nueva estrategia los desafíos para la seguridad que vienen del Norte de África, y particularmente el Sahel. Además, contempla las amenazas híbridas como la utilización de la migración o los flujos energéticos.
Otra de las conclusiones que arroja la primera cumbre de la Alianza es el refuerzo militar, tanto de la propia organización internacional como de Estados Unidos. En el primer caso, la OTAN reforzará su presencia en el este de Europa y va a aumentar hasta 300.000 el número de tropas de alta disponibilidad. «Los aliados se han vuelto a comprometer. Destinaremos al menos el 2% del PIB en Defensa. Nueve aliados ya igualan o superan este objetivo y el resto tienen planes para conseguirlo. Ese 2% se ve como una base, no como un techo”, ha asegurado Stoltenberg tras anunciar la medida.
Por su parte, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha anunciado que su país va a mejorar su postura de defensa en Europa para responder a los «retos» y al entorno de seguridad: «A principios de este año enviamos otros 20.000 soldados a Europa para fortalecer a la Alianza y para responder a los movimientos de Rusia. Vamos a seguir fortaleciendo esta postura de forma consultada con nuestros aliado”.
