El pasado viernes, la Corte Suprema de Estados Unidos, decidió quitarle el rango constitucional al aborto, algo que despertó manifestaciones masivas en toda la nación. El tribunal decidió por seis votos a favor y tres en contra, hacer del aborto una práctica ilegal, dejándola librada a la decisión de cada Estado. El legado de Trump, comienza a tener efecto en la política de Estados Unidos.
Se estima que de los 50, un total de 26 prohibirá esta práctica. La decisión que borró de un plumazo un cometido que se tomó en el año 1973, con el enigmático «Roe contra Wade», que sentó el precedente, afectara aproximadamente la vida de 26 millones de mujeres en todo Estados Unidos.
De manera inmediata a la prohibición, un total de 9 Estados activaron leyes «resortes» para que la práctica quedar ilegalizada de inmediato. Se trata de Louisiana, Wisconsin, Dakota del Sur, Kentucky, Oklahoma, Arkansas, Utah, Alabama y Misuri. Algunos han solicitado treinta días para expedirse sobre este tema. Estos son los casos de Iowa, Arizona, Georgia y Michigan. En tanto que Texas, Idaho y Teneessiee se expedirán de manera contraria al aborto.
El legado Trump
Quien fuera el 45º presidente de la historia de los Estados Unidos, se congratuló de esta decisión tomada por la Suprema Corte y se la adjudicó como una victoria personal. En el año 2016, mientras competía por un lugar en la presidencia, fue una de sus promesas de campaña.
Una vez en su mandato, a lo largo de los 4 años, Trump nombró a un total de 228 jueces. Esa cifra se divide entre el supremo, tribunal de apelaciones y tribunales de distrito. Tres de los jueces que votaron a favor, son de corte conservador, y fueron nombrados por el presidente norteamericano, generando un cambio considerable en la balanza entre conservadores y liberales dentro de la Suprema Corte.
