Las caricaturas políticas del siglo XIX en una exposición en el Cabildo de Montevideo

"La ortiga y el garrote" publicada entre 1873 y 1874 muestra las obras del artista francés Alfred Michón.

Fue inaugurada en el Cabildo de Montevideo una muestra sobre caricaturas políticas del siglo XIX, las cuales muestras que la satirización sobre la vida pública está inserta en la sociedad desde hace mucho tiempo. El responsable del proyecto es Marco Tortarolo.

«La ortiga y el garrote» fue una publicación montevideana de humor político semanal, que tuvo su breve pero intensa vida entre los años 1873 y 1874. Sus editores fueron Luis Bermúdez y Leandro Ortiz. 

Poemas satíricos, chistes y relatos burlescos, se apoyaban en estas imágenes que vemos hoy, cuyo autor fue el artista dibujante francés, Alfred Michón. Se sabe muy poco de él. En su trabajo es evidente la influencia del célebre caricaturista, también francés, Honoré Daumier.

Es posible rastrear una tradición europea del uso de la imagen grotesca o monstruosa, pero la utilización moderna de la misma comienza en el siglo XIX con la técnica de impresión litográfica y el consecuente desarrollo de los medios gráficos masivos con soporte en papel, es decir los diarios y revistas. Caricatura, proviene del italiano caricare, que significa cargar, utilizado en el sentido de exagerar.

Si observamos con detenimiento en qué recursos basa su estrategia este dibujante, encontramos alteraciones de tamaño en los personajes y los elementos que los rodean, como miniaturización o gigantismo, total o parcial de los cuerpos. Animalización, infantilización y feminización.

Estos tres elementos utilizados como recursos degradantes en el contexto del machismo y toda la escala de valores de su tiempo.

El truco es conceptualmente sencillo: Si se suponía que un individuo respetable debía ser racional, adulto y masculino, la imagen lo mostrará con estos atributos invertidos, es decir, animalizado, infantilizado y feminizado. El caso de José Ellauri, nada menos que presidente del Uruguay, ridiculizado sin tregua como Pepa Eduvijes, es ejemplo de lo que recién señalamos.

La sátira gráfica política aparece en Montevideo en el período conocido como La guerra grande, de la mano de los porteños antirosistas exiliados en nuestra capital. A partir de entonces acompaña el acontecer político de nuestro país con mayor o menor interés público y con mayor o menor reacción y censura desde el poder.

Otras publicaciones referentes del género cómico político fueron El Negro Timoteo, Montevideo Cómico y Caras y caretas. Esta última, desde fines del siglo XIX y alternando épocas de actividad en Montevideo y Buenos Aires, resultará fundamental en este rubro.

Ya a mediados del siglo XX montevideano, a cargo del dibujante, periodista y editor, Julio Suarez, aparece la revista Peloduro, una publicación de fuerte arraigo popular.

A fines de la última dictadura cívico militar del siglo pasado, se destacaron las revistas El dedo y Guambia, que desde el humor gráfico ejercieron la crítica al régimen, transformándose en verdaderos sucesos. Actualmente, mientras el soporte en papel declina, la caricatura política mantiene una enorme vigencia y su manifestación más vital la podemos encontrar en ese fenómeno virtual conocido como meme. Así las caricaturas de Alfred Michón fueron los memes de su tiempo.

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