Las crisis que atravesó CUTCSA a lo largo de su historia

A lo largo de los 85 años de la Compañía Uruguaya de Transporte Colectivo Sociedad Anónima (Cutcsa) hubo tres crisis. Las dos últimas fueron: La económica del 2002 y la sanitaria del 2020 con una pandemia mundial. En ambas, Juan Antonio Salgado estaba al frente de la empresa.

Desde el año 1937, cuando se fundó la Cooperativa Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima (Cutcsa), que luego pasó a ser Compañía, pasó por tres crisis diferentes: La de la Tablita en 1982, la económica del 2002 y la sanitaria del 2020 por el Coronavirus / Covid-19. Esas últimas dos, fueron atravesadas por Juan Antonio Salgado en la presidencia de Cutcsa, que dialogó acerca de las que le tocó sufrir con Diario La R.

“Creo que me he convertido no en un eterno aprendiz, sino un eterno administrador de crisis. Nunca me imaginé esta última del Coronavirus / Covid-19. Creí siempre que la última que había encarado era la del 2002.

Entré en Cutcsa en el año 1996 en la presidencia, con una profundísima crisis que tenía la empresa tanto socialmente como internamente. También el sistema de transporte pasaba por un mal momento. A partir de ahí, costó muchísimo remontar.

Nuevamente el trabajo junto a los dirigentes sindicales de aquel momento, que la gran mayoría son los de este momento, o sea que hemos crecido juntos, el entendimiento, la responsabilidad de las partes, el tener claro todas las cosas que nos unían y que teníamos en común nos hizo salir adelante”, manifestó.

Tanto el sindicato como la empresa tenían clara una frase fundamental: Juntos pero no entreverados. Nadie pretendía meterse o se metía en los temas del otro, ya que no correspondía y cada uno tenía responsabilidades con su gente y con las personas que representaban.

“Trabajamos en conjunto y es así fue que recién a fines de 1998 logramos plasmarlo en un gran convenio que sigue vigente hasta hoy. Ese fue el que nos permitió seguir juntos con la realización de cambios con seguridad.

La garantía que nos daban los cambios eran las personas, que estaban por encima de lo escrito. Estaba por la palabra que teníamos, por los códigos y responsabilidades con la que manejamos el tema, pero tenía que haber algo institucionalmente (que fue lo que se firmó).

Ese convenio si se lee hoy refleja actualmente todo lo que pasó. La incorporación de la tecnología vista en el año 1998, cuando nadie se imaginaba que iba a aparecer una boletera electrónica. Ahí se ve un convenio que ordenaba situaciones que pasaron, 10, 20 y 30 años después”, señaló.

Ese convenio fue importante para salir de la crisis en la que estaba metido Cutcsa, tanto de manera interna como económica. Luego, también había una crisis del sistema de transporte donde el resto de las empresas pasaban por su situación complicada. Cuando se estaba en plena salida viene la crisis del 2002.

“Fue en un momento donde Cutcsa estaba muy débil. En seis meses se pierden 19 millones de viajes en todo el sistema de Montevideo. Se vino el mundo abajo. Ahí vamos al ahora que entre el 2020 y el 2021 se perdieron 90 millones de boletos de viaje. En ese momento otra vez a remar, organizar y armarse.

Pensé que no iba a tener ninguna crisis más y cuando queremos acordar nos encontramos en marzo de 2020 con una situación compleja pero que tenía algunas cosas buenas. Cerca del año 2000, Cutcsa no tenía la herramienta de trabajo (ómnibus) actualizado, ya que estaban los Leyland de hacía 40 años. Además de la crisis moral que había internamente estaba también la de la herramienta de trabajo”, expresó.

Ya para la crisis sanitaria del 2020 fue distinto debido a que la herramienta de trabajo estaba actualizada y venían en viaje a Uruguay los primeros 20 ómnibus eléctricos que se presentaron en junio de 2020 en plena pandemia. Actualmente, Cutcsa tiene la flota más nueva de sus 85 años de historia, con un promedio de seis años de antigüedad en ella.

“Entramos en una crisis donde no podíamos programar que iba a pasar al otro día. Perdimos el 80 por ciento de la venta de boletos en un mes. Yo tenía que salir a hablar y tratar de ser coherente con lo que hacía el propio Gobierno nacional y departamental. Decía: ´a pesar de estar los ómnibus en la calle les pido (a la gente) que no salgan de sus casas´, y que dejaran que los buses circularan vacíos, porque nosotros nos habíamos comprometido a eso.

El Gobierno debe valorar muchísimo que yo como presidente de la Cámara de Transporte del Uruguay (CTU) le dije el 20 de marzo: ´Nosotros en cualquier circunstancia vamos a mantener la conectividad en todo el país. No vamos a innovar y con el invento de si esta medida es mejor o peor desde el punto de vista sanitario´. Nos alineamos con el Ministerio de Salud Pública (MSP) que era la autoridad competente. Así lo hicimos y hoy podemos decir que fue bueno para nosotros y la gente”, subrayó Salgado.

Según dijo, en ningún momento los buses fueron portadores del virus SARS-COV-2, a pesar de que tenían todas las de perder por la cantidad de gente que llevan los mismos, sobre todo en las horas pico. Además, tenían al Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) que estaba continuamente arriba de ellos, que iban a tomar muestras e inspeccionar sin avisar. Se mantuvo todo aunque transportábamos solo un 20 por ciento de pasajeros, que era una pérdida económica importante.

“Tuvimos que adaptar los horarios para que ese 20 por ciento lo pueda usar, que en su mayoría era personal de la salud. Mantuvimos reuniones con el Hospital de Clínicas y con la gente de la salud de toda la zona de Tres Cruces para poder adaptar los horarios de los buses a sus entradas a las cinco de la mañana como para las salidas al término de sus turnos. Lo hicimos con mucha responsabilidad”, remarcó.

Salgado reconoce que el Gobierno nacional y departamental, al igual que los trabajadores cumplieron para darle el respaldo que necesitaban las empresas, pero no hay que olvidarse que todo eso costó dinero, ya que hay que pagarles a los empleados de la compañía como así también el gasoil.

Según añadió, tener al sistema de transporte preparado para dar el servicio en momentos difíciles como una pandemia y dispuesto a no armar lío, es algo que el Gobierno debe valorar y mucho. “Si miramos para atrás la historia en Sudamérica fundamentalmente los transportistas fueron actores principales de muchas situaciones complejas en muchos países. No ahora, sino en muchos cambios de Gobierno y gestiones”, finalizó.

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