¿Hasta cuándo? Vamos promediando noviembre y la cifra de homicidios no para de crecer en todo el país. Ya en el mes de octubre habíamos cruzado la trágica cifra de más de 300 homicidios en lo que va del año y las cifras solo tienden a empeorar.
Estamos atravesando un momento crítico e histórico en materia de cifras sobre homicidios en el país y el gobierno responde que se está actuando. Mi pregunta es, ¿Dónde se está actuando? ¿De qué manera? Hace tiempo que hemos venido insistiendo desde mi rol como Intendente, pero también como dirigente frenteamplista, que se convoque a mesas de trabajo activas, en todo el territorio nacional para que sea mano a mano con la comunidad, con los centros comerciales de cada departamento, con las y los estudiantes, con las y los trabajadores, que se definan cuáles son las necesidades más apremiantes en materia de seguridad.
Eso, acompañado de más tecnología en todo el país. Me pregunto yo, Si somos uno de los países con mejor conectividad a Internet en todo el continente y con mayor penetración de la tecnología, ¿por qué no somos capaces de generar un uso más intensivo de la tecnología en la persecución de los delitos? ¿por qué no tenemos más cámaras de seguridad, más centros de monitoreo y más desarrollos tecnológicos con participación ciudadana que sirvan para repeler el delito?
Es cierto, la tarea no es solo del gobierno, pero es desde ahí que se debe cambiar la cabeza y estrategia. Estar más seguros es un interés superior que nos involucra a todos y necesitamos mayor participación y acción. Mi pregunta sigue siendo, ¿Cuál es el paquete de medidas que se está implementando para frenar esta ola de homicidios? ¿Cuál es el diálogo con las Intendencias, con los Municipios, con los otros partidos políticos?
Un gran problema es que esta discusión pretenda librarse como un tema político-partidario, cuando es fundamentalmente político-social y por ello no admite esperar a tiempos electorales o encararla con idea que se busca afectar al gobierno y sacar redito de ello. Esta discusión se debe plantar por respeto a las víctimas y sus familiares, por volver a construir un Uruguay de zaguanes abiertos y chiquilines jugando en la vereda. Esta situación no da para más, hay que cambiar en seguridad.
