Paola: “Es realmente maravilloso ver el cambio positivo de vida que se produce en nuestros niños”

Una familia que adoptó a una niña de 7 años dio sus testimonio de este proceso y asegura que no es más difícil que cualquier otra paternidad.

Paola, la mamá de una niña, inició su relato comentando que adoptar era algo que estuvo siempre presente en su vida y pensamientos, por historias familiares, y que cuando se tomó la decisión fue en un momento donde con su pareja se sentían “muy bien” en la relación, en sus profesiones, en la vida, y sintieron la necesidad de compartir ese momento con alguien más. “Siempre tuvimos claro que íbamos a ser papás de un niño o una niña”, agregó.

Respecto a los miedos que surgieron explicó que no se debieron a la edad que tuviera el niño o niña, debido a que propusieron un rango de edad grande, sino a los “propios de la paternidad, de asumir la responsabilidad de cuidar a un niño o niña para el resto de tu vida”.

El corazón y la mente abiertos

“Nuestra niña cuando llegamos a su vida, tenía siete años y medio, con muchas cosas vividas para su corta edad y no pensás en todos los riesgos pero sí tenés que tener los pies en la tierra y saber bueno, con qué contamos nosotros, individualmente y en pareja, como fortalezas y como debilidades, por edad, por vida, por actividades, por todo, para encarar este camino, que no es sencillo”, aconsejó.

En ese sentido, continuó expresando que las personas que inician el proceso de valoración tienen que saber que lo primero que enfrentan es el “dolor”. “Porque es un niño que fue dado en adopción por los motivos que sean y viene con un dolor muy grande” y agregó que es algo con lo que “vas a lidiar día a día” pero destacó que “se puede con eso”. Para aprender a hacerlo, aconsejó que hay que tener “sobre todo el corazón abierto”, pero también la “mente abierta”, porque se van a encontrar con un niño o una niña “que viene con un montón de vida por la cual vos ni siquiera transitaste o vivenciaste” y eso “te mueve la realidad”.

Su historia es parte del niño o niña

La adopción implica un cambio de identidad pero toda persona tiene derecho a conocer sus datos de origen y puede solicitarlos, a partir de los 15 años de edad, a INAU si así lo desea. Ante esta posibilidad Paola aseguró que desde el principio, tanto ella como su pareja, estuvieron abiertos a la posibilidad de que su hija quisiera saber en un futuro de sus familiares de origen. “Es fundamental saber que integrás a un niño a una niña y a su historia, entonces su historia tiene que formar parte de la tuya desde el vamos para poder ayudarlo”, explicó.

Respecto al miedo de las dificultades de adoptar a un niño mayor de 4 años, ella manifestó que “no es mucho más difícil. No pienso eso, porque cuando vos adoptás integrando a tu vida un niño o una niña, que ya sabe su historia, hay que trabajar, no desde desde el aspecto de cómo se va a tomar que es adoptado, sino en construir juntos desde el día uno”.

A aquellas personas que dudan en animarse a un rango de edad más grande les anima porque “es realmente maravilloso, es maravilloso ver el cambio positivo de vida que se produce en nuestros niños” externó y en cuanto al trabajo de enseñar que la maternidad o paternidad afectiva es igual de importante que la biológica explica que es un trabajo de “día a día, no es algo, que lo trabajamos al principio y ya está. Por supuesto que esto también está acompañado por el trabajo hecho desde el hogar donde estaba, de los técnicos que la acompañaron en su proceso de prepararse para integrarse a una nueva familia, entonces ella nos ayudó mucho en el camino”.

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