Mario Alberto Canales, de 64 años, había viajado desde su país hasta Argentina para participar de una jornada de caza en un campo conocido como Punta Caballo, en el departamento de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.
Según consignó el diario local El Día, el hombre cazaba búfalos junto a tres compañeros de caza cuando se alejó del grupo para poder acertarle a uno de los animales. Si bien logró herirlo, el búfalo se abalanzó sobre él. Canales fue atacado a cornadas por el animal, que le provocó múltiples fracturas en las costillas y el esternón, reprodujo el medio local. Además, sufrió varios golpes en la parte posterior del abdomen.
Uno de los acompañantes del fallecido disparó varias veces y ultimó al animal. Canales fue conducido urgentemente a un centro asistencial pero falleció antes de llegar.
Canales era un referente del mundo de la caza en México y su deceso provocó estupor en cazadores del país norteamericano. Al enterarse de la tragedia, la Federación Mexicana de Caza lo definió como un «conservacionista y luchador incansable por los derechos de los cazadores».
El Club de Cazadores de Monterrey, en tanto, lo recordó por «su arduo trabajo en pro de las actividades cinegéticas, la cacería responsable y la conservación de la fauna en México».
Si bien no es una especie autóctona de Argentina, el búfalo está presente en el nordeste y el litoral argentino, ya que comenzó a ser introducido en el país a comienzos del siglo XX. Según estimaciones, hay casi 90.000 cabezas de búfalos, presentes sobre todo en las provincias de Formosa y Corrientes.
La caza de estos animales suele hacerse en cotos de caza que ofrecen paquetes turísticos a nacionales y extranjeros para visitar los lugares durante varios días y disparar a los animales de la zona. Cazar un búfalo puede llegar a costar más de 1.000 euros en los tarifarios de los exclusivos cotos argentinos.
