Presidente del Parlamento ruso dice que su país debería dejar de vender gas «a los países hostiles»

"La UE está acostumbrada a vivir a costa de otros" dice Viacheslav Volodin

La gasística rusa Gazprom cesó sus exportaciones a Polonia y a Bulgaria por su negativa a pagar los suministros en rublos, según lo establecen las normativas de Rusia para mitigar las sanciones. Esa medida debería ser aplicada con el resto de países que Moscú incluyó en su lista de Estados hostiles, considera el presidente de la Duma, el parlamento ruso.

Cada vez más países acuerdan con Rusia el pago del gas en rublos, asegura el presidente de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Viacheslav Volodin. Al mismo tiempo, dentro de la UE se discute la posibilidad de cesar por completo la importación del gas ruso en los próximos años.

«Estamos en nuestro derecho de responder. ¿Para qué esperar? Si ustedes rechazan tener relaciones estratégicas, vivan sin Rusia aunque sea un año», subrayó Volodin ante la prensa.

El presidente parlamentario agregó que «la UE está acostumbrada a vivir a costa de otros países: primero a costa de sus colonias, y ahora a costa de Rusia que debe calentar a la UE».

El pasado 27 de abril, el gigante gasístico ruso Gazprom cesó sus exportaciones a la polaca PGNiG y la búlgara Bulgargaz tras el impago a tiempo de los suministros en rublos. Desde entonces, Polonia mantiene el consumo de gas ruso pero ahora adquirido a través de Alemania a precios más altos.

El presidente ruso Vladímir Putin anunció el cambio de divisa de pago luego de que las autoridades de EEUU y la UE congelaran las reservas rusas en dólares y euros respectivamente. El mandatario considera que con la medida incumplieron sus obligaciones con Rusia, lo que compromete gravemente la confianza en sus divisas como medio de pago internacional y desacredita a los países del Atlántico norte como un depósito seguro para las reservas. Desde el anuncio de Putin, el rublo ruso se ha fortalecido en un 32% respecto al dólar y un 35% frente al euro, posicionándose en niveles más fuertes que antes del conflicto en Ucrania.

Sin necesidad de ayuda

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha asegurado que la organización y puesta en marcha de corredores humanitarios en Ucrania no precisa de la colaboración de ningún país u organización externa. «No hay necesidad de que nadie ayude a abrir corredores humanitarios. Solo hay un problema. Los corredores humanitarios, que se anuncian a diario, son ignorados por los ultranacionalistas ucranianos», ha aseverado Lavrov en una entrevista para el canal de televisión Al Arabiya recogida por la agencia TASS.

En esta línea ha reconocido que desde Moscú se tiene en valor el interés del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, para con este tema. «Acordamos que su gente junto con el Ministerio de Defensa coordinarán la entrega de los convoyes humanitarios», ha dicho. Por otro lado, ha asegurado que Moldavia debería estar preocupada por su futuro, ya que el país está siendo arrastrado a la OTAN, y esto no aumentará su seguridad. En este sentido, ha señalado que la operación militar especial sirve para «proteger a la población civil en el este de Ucrania y asegurarse de que no haya amenazas desde el territorio de Ucrania para esta población y para Rusia».

En otra línea, el máximo representante diplomático ruso ha apuntado que Rusia está dispuesta a dejar zarpar a los barcos extranjeros atracados en puertos ucranianos, si bien Kiev «no está cooperando» para este fin. «Las sanciones occidentales han roto las cadenas de suministro de alimentos. Docenas de barcos extranjeros están en puertos ucranianos en los mares Negro y Azov porque están bajo sanciones. Estamos listos para dejarlos ir. Pero el Gobierno ucraniano no está cooperando», ha lamentado.

También respecto a las aguas del mar Negro, el ministro de Exteriores ha aseverado que Moscú está dispuesta a desminar el lugar para que los barcos puedan navegar de forma segura, si bien también ha acusado a Ucrania de impedir progresos en este sentido.

De hecho, Lavrov ha ido más allá y ha acusado a Kiev de no ser un negociador «honesto», motivo por el cual los diálogos entre ambas partes sobre garantías de seguridad sufre un estancamiento. «Si fueran negociadores honestos y concienzudos, podríamos lograr gradualmente un progreso significativo en el proceso de negociación, y Ucrania recibiría garantías de seguridad (…) No teníamos nada en contra», ha dicho. De hecho, ha reconocido que algunos de los países garantes de la seguridad ucraniana podrían ser integrantes de la Alianza Atlántica, organismo respecto al que ha defendido que Rusia no mantiene una guerra en su contra, aunque la OTAN sí lo considere así.

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