Estimado lector, por favor no piense que este humilde escriba es un atrevido por pasar de escribir sobre tenis a opinar sobre el tema que nos convoca a todos en este momento y hasta que termine el Mundial, o sea, el fútbol, pasión de multitudes.
Para empezar les cuento que veo fobal desde hace 60 años, cuando mi finado padre me llevó por primera vez a ver al bolso, y además, durante 12 años fui árbitro, los últimos 4 en primera división, así que algo entiendo.
Dicho lo anterior, les agrego que me di uno de los gustos de mi vida y me vine al Mundial con uno de mis hijos, así que felicidad total.
Yendo a lo del título, algunas reflexiones que me han surgido de estos cuatro días que llevo en Doha, la capital catarí, la primera de ellas es que si bien los cataríes claramente compraron este Mundial, que jamás debió de hacerse en estas tierras, hicieron buen uso de su compra, por ahora todo funciona perfecto, excepto algo que les contaré más adelante, por ahora entonces todo de maravillas, el poder del dinero bien usado.
Lo segundo es que al ser Catar un país muy pequeño, como Tacuarembó de extensión, todo queda cerca y no hay que hacer grandes desplazamientos como en Rusia, para ver partidos de diferentes grupos o inclusive del mismo grupo, por ahí, creo que es el mejor de todos hasta ahora, por ejemplo ayer vi Francia vs Dinamarca y el estadio queda a una parada de metro de mi hotel. Mañana juega la celeste y el partido queda a media hora de mi alojamiento, muy conveniente para todos los espectadores.
Para mí lo más importante es lo que viene ahora, no hay lugar para la violencia, esto es como la Disneylandia del fútbol, todo comprimido en poca superficie, no hay variedad de juegos, solo fobal, pero para todos los gustos.
La total seguridad que se respira por doquier no es producto de miles de soldados o policías por las calles, sino que a nadie se le ocurre insultar, agredir o ni siquiera cargar al rival de turno. Si ud me pregunta el por qué, creo que la atmosfera de alegría, sana competencia y confraternidad entre las diferentes hinchadas puede más que lo que algunos pocos, que aquí si son muy pocos, puedan siquiera pensar en generar, o sea, violencia. Seré un lírico, pero sinceramente pienso que esto es reproducible y que la gente de bien debería imponerse sobre esos criminales disfrazados de hinchas que pululan por nuestras canchas. Tal vez el elevado costo de las excursiones haya colaborado en alejar a estos delincuentes de las canchas mundialistas.
Otra cosa que me extrañó, es que cuando te venden una Coca, le sacan la tapita antes de dártela, para que no la tires a la cancha llena y la use como proyectil. ¿A alguien se le ocurre gastar 450 mangos para tirarlo a la cancha? Se ve que en FIFA sí lo piensan porque te dan la botella destapada.
Los precios de comestibles y bebestibles son normales para el espectáculo que te dan, canchas nuevas y hermosas, con visión perfecta desde los puntos más baratos, baños impecables y shows muy disfrutables en el intervalo, así que todo legal.
Lo único poco práctico y cansador son las filas interminables para entrar al Metro, que es gratis solo con la Hayya Card, una especie de credencial del mundial, y además te meten filas paralelas de a 10 para llegar a un punto que está muy próximo al inicio de las filas, supongo que para evitar aglomeraciones y avalanchas, o sea, por protocolos de seguridad.
De fútbol les diré poco, solo mis sensaciones posteriores y algunas reflexiones. Salí del partido tranquilo, nada caliente como otras veces, Uruguay dio la talla y si bien nunca podrá manejar la globa como Brasil, Argentina, Colombia o incluso Perú, llegamos más, pegamos 2 pelotas en los palos y de haber un ganador debería haber sido la gloriosa celeste.
Otra, para los que quieren sacar a Suarez, que salió recaliente, y me gustan los que nunca quieren salir, les pregunto cuántos goles erró el Lucho y la respuesta es fácil, ninguno, no le llegó una sola limpia, así que yo no lo sacaría.
Y la última, para los que dicen que Alonso dirigió mal, que tendría que jugar De Arrascaeta, sino fuera por el Tornado no estaríamos acá, estábamos muertos hasta que llegó y terminó con la sanata de los proyectos, en 3 días cambió algunos jugadores y les dio un envión anímico que Tabárez demostró ya era incapaz de transmitir, así que toda mi gratitud y crédito para Alonso, toda la fe para lo que viene.
Abrazo celeste para todos.
