Desde los sindicatos se señala que tanto la ANEP como el Poder Ejecutivo llevan adelante una política de “imponer, no negociar” y eso “no nos da lo mismo.” La transformación educativa que se pretende imponer, a entender de los gremios, no es tal, en declaraciones al portal del PIT-CNT, Elbia Pereira, secretaria de la FUM-TEP señaló: “Estamos ante un nombre muy rimbombante de transformación educativa que se pretende imponer pero con poco contenido y mucho maquillaje”.
La convocatoria del día de ayer no sólo núcleo a los docente, los estudiantes y sus organizaciones han hecho escuchar su voz de protesta ante lo que también consideran una reforma inconsulta. Se sostiene desde los distintos sindicatos que se está ante un verdadero ataque a la Educación Pública y que nuevamente “será defendida por la gente en la calle y las autoridades tendrán que escuchar la voz de la gente.”
Los educadores advierten que las modificaciones que se proponen difícilmente llegaran a las aulas ya que se están haciendo de espaldas a los directamente involucrados, pasar de los textos y anuncios a los salones de clase, en educación “hay un abismo”.
La dirigente Pereira remarcó que la educación para este gobierno de coalición es “un botín electoral” y que se está “en campaña permanente” y sumó en este sentido la reforma de la seguridad social que se pretende imponer de la misma forma.
Las diferencias y roces con las autoridades están a la orden del día, forman parte de un relacionamiento que no encuentra caminos positivos, en este marco la secretaria de la FUM-TEP calificó como “infelices” las declaraciones que se vertieron por el presidente del CODICEN, Robert Silva, estando en el departamento dijo que “el sur debía mirarse en el norte para hacer aportes a la educación”. La respuesta de la dirigente sindical fue contundente, “Son infelices sus palabras porque está intentando crear una brecha entre las dos regiones. Los y las docentes somos uno, estemos donde estemos, con las particularidades de cada territorio. Por lo que, no es bueno querer fracturar al país, no ayuda, no suma y no contribuye. Menos si se quiere trasformar la educación”.
Los docentes rechazan desde un comienzo la reforma, una que aseguran se intenta imponer y que se “maquilla” hablando de una participación que no es real. Se llevan adelante cursos que son obligatorios a inspectores y directores de los desconcentrados de CODICEN, donde se informa a los docente esperando que “esto derrame a los distintos escalafones; esto es la transformación educativa”.
La situación de los docentes en primaria es para los agremiados confusa y genera incertidumbre, con nombre “muy rimbombante con poco contenido”. Por parte de los inspectores, en Primaria, se le pidieron a la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) los avales para abandonar los cursos por “la forma que los mismos se están llevando adelante”.
En las mismas declaraciones la dirigente señala que resulta insólito que “un inspector o director de escuela tenga que ir a orientar a sus maestros sobre cómo llegar al aprendizaje de los niños y niñas, si aún no hay ningún programa, no hay ninguna ruta del camino por el que se debe transitar. Esto por lo menos está en el desconocimiento de los y las docentes. Por lo que, en el caso de la FUM y va a ser trasladado a la CSEU, brindaremos el respaldo sindical a los inspectores y directores que quieran abandonar el curso”.
Los trabajadores de la enseñanza denuncian un doble discurso de las autoridades, por un lado se habla de participación de los docentes y por otro se plantean una obligatoriedad “innecesaria” en los cursos.
