Reino Unido despidió a su reina con un solemne funeral y ante 2.000 invitados

Fue enterrada en la Cripta Real de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.

La reina Isabel II de Inglaterra ha sido enterrada en la Cripta Real de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, en Londres, tras el tercer y último oficio de la jornada al que han asistido sus más familiares más cercanos.

«La reina ha sido enterrada junto al duque de Edimburgo en la Capilla Monumento del Rey Jorge VI», ha informado la Familia Real británica en un comunicado oficial.

El último acto de una intensa jornada ha estado vetado a la prensa, por lo que apenas han trascendido detalles sobre cómo se han colocado los restos de la reina junto a los de su esposo, Felipe, fallecido en 2021 a los 99 años de edad. Sí se sabe que ha oficiado la ceremonia el deán de Windsor. Felipe fue enterrado en un lugar provisional a la espera de que los restos de ambos reposaran juntos tras el fallecimiento de Isabel II, quien murió el pasado 8 de septiembre en el Castillo de Balmoral, en Escocia.

De esta manera Reino Unido ha dado el último adiós a la reina Isabel II con un funeral de Estado que ha contado con 2.000 invitados y ha reunido a cientos de representantes de algunos de los principales polos de poder mundial.

Los estrictos protocolos establecidos antes del fallecimiento de Isabel II, ya establecían que el funeral debía celebrarse al décimo día, y así ha sido.

La sede del Parlamento ha acogido durante las últimos cuatro jornadas una capilla ardiente por la que han pasado cientos de miles de personas y que ha concluido este lunes, apenas unas horas antes del inicio de un último cortejo fúnebre en presencia del rey, Carlos III, y de otros miembros de la familia real.

El deán de Westminster, David Hoyle, ha resaltado en el arranque de la misa el «duelo» pero también el «profundo agradecimiento» hacia Isabel II, en el lugar que, como ha recordado, ya vio casarse a la difunta monarca y, en 1953, ser coronada reina.

En su discurso inicial, ha subrayado la «larga vida de servicio altruista» de Isabel II, que cumplió este mismo año siete décadas en el trono. «Con admiración, recordemos su sentido de deber y la dedicación de por vida a su pueblo», ha destacado.

Las lecturas han corrido a cargo de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, y la secretaria general de la Commonwealtlh, Patricia Scotland, mientras que también han participado diversos representantes religiosos de todo Reino Unido, encabezados por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby. En su sermón, Welby ha recordado el célebre discurso de la reina en su vigésimo primer cumpleaños, cuando prometió que dedicaría su vida a servir al país y a toda la Commonwealth. «Pocas veces se ha cumplido tan bien una promesa», ha apuntado.

«Las personas que dan un servicio de amor son poco comunes en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que dan un servicio de amor son todavía más raros», ha resaltado el arzobispo, que ha puesto a Isabel II como símbolo político y también de fe. No en vano, la corona británica lleva asociada también la jefatura de la iglesia anglicana. «Todos los que hemos seguido el ejemplo, la inspiración y la fe en Dios de la reina podemos decirle: ‘Nos veremos de nuevo», ha remachado Welby.

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