Renunció el subdirector de la Policía Nacional envuelto en polémica por chats

El jerarca policial argumentó que su renuncia responde a la intención de no querer interferir en la investigación de la causa.

Este lunes renunció a su cargo el subdirector nacional de la Policía, comisario general retirado Héctor Ferreira, así lo dio a conocer el Ministerio del Interior en un comunicado donde extendieron el agradecimiento por “los años de servicio” 

La renuncia del jerarca se da en medio de la polémica que lo envuelve luego de que se encontraran conversaciones suyas con el ex jefe de Custodia de Presidencia, Alejandro Astesiano. 

Los intercambios salieron a la luz tras realizar un peritaje al celular del ahora de Astesiano durante la investigación por la vinculación de este con una organización criminal que falsificaba pasaportes y otros documentos uruguayos.

Según se conoció en chats que el subdirector de la Policía Nacional Héctor Ferreira había mantenido con Astesiano, el número 2 de la policía se había referido con descalificaciones e insultos al Senador de la oposición Alejandro Sánchez.

En los chats filtrados del llamado caso Astesiano, Ferreira había dicho que el Senador del Movimiento de Participación Popular era, entre otros epítetos “un reverendo HDP”.

Luego de conocerse estas conversaciones Sánchez expresó que el jerarca policial no podía “durar un día más en su cargo”.

En los intercambios con Astesiano, también figura que Ferreira había buscado interceder en un un problema de violencia doméstica que el yerno del ex-custodio había tenido con la hija.

También se pudo ver en los conversaciones por chat que Astesiano le habría pedido a Ferreira que le reservara un cargo en la Escuela Policial a la hija de un funcionario de Presidencia, a quien le faltaban algunos exámenes para ingresar. Según se puede ver en los registros de las conversaciones recuperadas por la policía científica, Ferreira habría accedido a este pedido.

Ferreira renunció este martes a su cargo argumentando no querer interferir en la investigación que la Fiscal Gabriela Fossati lleva adelante sobre el caso.

Condenan a un ciudadano ruso vinculado con la causa de falsificación de pasaportes

Recibió condena a través de un procedimiento abreviado; es el primer sentenciado y no irá a prisión

En la mañana de este martes la Justicia dictó la primera condena que resulta de la causa que investiga la existencia de una banda criminal que falsificaba pasaportes y otros documentos uruguayos. En este caso, se trata de un ciudadano ruso de iniciales R.K, quien oyó sentencia a través de un procedimiento abreviado.

Tras acordar su responsabilidad de los hechos con la fiscal de Flagrancia de 12°, Gabriela Fossati, el ruso (carente de antecedentes penales) recibió condena por un delito de uso de documento o certificado falso público o privado. Por este ilícito deberá cumplir con 19 meses de libertad a prueba.

Como parte del régimen que le fue impuesto, el condenado deberá fijar domicilio y someterse a la vigilancia de la Oficina De Supervisión de Libertad Asistida (OSLA). Asimismo, está obligado a concurrir ante la seccional de la zona donde reside una vez a la semana y cumplir con un mes de servicio comunitario. Al respecto de esta última imposición, desde Fiscalía comentaron que se trata de algo complicado porque el sujeto no habla español

Fuentes del Ministerio Público informaron a Diario La R que el hombre tenía un papel menor en la banda. Su rol era principalmente presentar partidas de nacimiento falsas para así acceder a los pasaportes. No obstante, en esta oportunidad el hombre viajó hasta Montevideo para hacerse del pasaporte uruguayo como cliente.

Pese a que tenía un papel menor, su participación permitió a las autoridades llegar a los líderes de la organización: Alejandro Astesiano, Alexei Slivaev y Álvaro Fernández. 

Primer condenado

La acusación de Fiscalía indicó que el Sr. K era propietario de una empresa constructora en Moscú. Una persona que no identificó le debía 40.000 euros por un negocio realizado por la empresa.

Esa persona no podía devolverle el dinero y por eso le ofreció como forma de pago un pasaporte uruguayo explicándole «los beneficios» de tener ese documento, ya que le «facilitaría» la obtención de visas para ingresar a países de Europa y Estados Unidos.

Para esto contactó a D.N, quien según K. era «un jurista» de San Petersburgo. Esta persona le mostró a K una computadora con cientos de personas que obtuvieron el pasaporte uruguayo «sin inconvenientes».

Esos trámites D.N. los realizaba con su contacto de la embajada uruguaya en Rusia y los mismos tenían un valor entre los 80.000 y 100.000 euros. Sin embargo, K dijo que él no abonó esa suma, eso lo arreglaban entre el deudor y D. N.

Meses después, D. N. le comunicó a K. que su contacto en la embajada había sido trasladado y que para terminar el trámite tenía que ir a Uruguay. Por eso, D. N. le entregó la «documentación con la alteración ya realizada» y en setiembre 2022 el ciudadano ruso llegó al país.

Fue el 21 de setiembre de 2022 cuando K presentó documentación para terminar la cédula de identidad. Para esto le pagó US$ 100 a una traductora ya que no él no hablaba español.

El sub comisario D.S. analizó el caso con detalle y se contactó con un familiar de A.M. Esta persona sería el abuelo de K. fallecido en marzo de 1991, pero los hijos de A.M. «desconocían tener hermanos o familiares rusos».

En el análisis de la documentación se vio a «simple vista» que estaba reimpreso el nombre A.C.M.G. en la partida de nacimiento de la madre de K. Había diferencias en la tinta y no cumplía con el formato preimpreso en el que vienen las partidas rusas.

Por esto, el ciudadano ruso fue imputado por un delito de uso de documento o certificado falso público o privado.

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