Ahora sí, rumbo a la presidencia

El registro del FBI a la mansión que Donald Trump tiene en Florida, sin precedentes en el caso de un expresidente de Estados Unidos, ha disparado los análisis y especulaciones en torno a los potenciales efectos que tendrá en sus cada vez más evidentes aspiraciones de volver a la primera línea política con una candidatura a las elecciones de 2024.

El propio Trump, que en sus últimas apariciones públicas ha dado a entender que es cuestión de tiempo que dé el paso definitivo, ha vuelto a denunciar en el comunicado en el que ha confirmado el registro de su vivienda de Mar-a-Lago la supuesta persecución política que existe contra él por parte de una «izquierda radical» que no quiere, «desesperadamente», que se presente a las elecciones.

El consenso general es que Trump tratará de utilizar esta operación policial a su favor, independientemente de su trasfondo –supuestamente se le acusa de haber sacado de la Casa Blanca documentos clasificados– y de sus resultados. El FBI guarda silencio y la actual Administración, encabezada por el demócrata Joe Biden, ha optado por desentenderse alegando que la Presidencia no había sido notificada, según fuentes citadas por CNN.

«Si no tenía previsto presentarse (a las elecciones), ahora lo hará», ha dicho una persona cercana al exmandatario a la cadena NBC News. «Enfadado» por esta supuesta persecución, «una forma de pararla es volver a controlar el Gobierno», ha apuntado esta misma fuente.

Como presidente, estaría blindado de nuevo para investigaciones judiciales y tendría de nuevo bajo su mando a instituciones clave como el Departamento de Justicia, aunque existe un debate legal en torno a lo que podría ocurrir antes de ese potencial blindaje, es decir, si las pesquisas contra Trump avanzan cuando el magnate aún es un ciudadano común. 

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