El que esté libre de pecado, tire la primera piedra

El sábado 23 de julio se estrenó en Alejandría Café de las Artes ( Gaboto 1384) la obra devenida en monólogo escrito por José Luis Martín Descalzo ,periodista, sacerdote y escritor llamada “ROSA (Las prostitutas os precederán en el reino de los cielos)” bajo la dirección del conocido y premiado director teatral Marcelino Duffau quien se hizo cargo además de la versión y en el rol protagónico, la destacada y también premiada actriz, directora y docente Diana Bresque.

La obra y el autor

En esta oportunidad nos enfrentamos a un texto donde la protagonista es una prostituta que vive en un lugar fuera del mundo, lugar que la contiene sólo a ella y a un ser superior que es su único interlocutor válido, una imagen de Cristo.

Desde su lugar de sacerdote, encubierto como escritor, Martin Descalzo pone en boca de Rosa, que quizás sea el alter ego de María Magdalena (de ahí el título de la nota) , todo aquello que él sabe y conoce sobre los secretos de la propia Iglesia y sus ministros.

Él puede hacer que Rosa se confiese ante ese Cristo amigo, ya que sólo él conoce como pocos, los subterfugios que se esconden en su mundo y Rosa de una forma quizás elemental y hasta vulgar, habla a la imagen en nombre de aquellos que no tienen voz y necesitan de su ayuda. Esta conversación es entre Rosa, Descalzo y los pilares que representan su fe. Es una conversación íntima, inquietante con ese Cristo, donde el autor-sacerdote habla a través de una de las más desprotegidas de sus criaturas. 

Persona-Personaje

Cuando la actriz Diana Bresque se presenta como Rosa, esa prostituta solitaria y con pocas o casi ninguna alegría en su haber, uno comienza a descubrir más de una vida en ese ser. Una mujer con poca instrucción, pero con mucha intuición que tiene como único interlocutor válido y testigo de sus andares a Cristo. Mejor expresado, una hermosa imagen del Cristo Redentor. Es a él a quien cuenta sus alegrías, miserias y por qué no , sus reclamos, sus derrotas- En general es lo que se hace ante una imagen , Pero sus cargos y descargos trascienden la imagen, pasan por ese recorrido de vida de carne y hueso. Su monólogo interpela no sólo a la Iglesia, si no a la Sociedad toda, y ante todo a la gran hipocresía que brilla cada vez más.

Se adentra en los sentimientos y clava pequeños puñales que terminan asestando ese golpe final. Diana Bresque es Rosa de principio a fin. Una composición firme, segura y convincente. Sus desplazamientos nunca erran y sus movimientos son naturales y necesarios.

Dirección y puesta

El ambiente intimista de la sala es propicio para un acto de confesión y constricción. El director supo disponer el espacio escénico donde Alexis Castillo pudo dar rienda suelta a su imaginación para crear ese microcosmos de Rosa desde la escenografía. El trabajo de creación y transformación que realiza sobre la actriz el director Duffau, hace que Bresque en su proceso de transformación en “ese personaje -persona” consiga un acto de entrega total. La dirección es sutil y cuidada en un texto con muchos frentes para atender.

Conclusión

Un espectáculo con un buen texto, una adecuada puesta, una muy destacable actuación y una dirección acertada. 

Un conversatorio post función sería muy adecuado para hablar de “esas cosa que muchas veces se callan”.

El texto con un tema tan sensible como el de la prostitución, tema donde hay mucha tela para cortar y repensar sobre quien es quien y porqué, los valores ausentes, el amor , la soledad y la falta de empatía.

Un espectáculo no sólo para ver si no que también convoca a la emoción. Recomiendo. ¡El Teatro Resiste!

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