Dos hombres recibieron formalización ante la Justicia este lunes por el homicidio de un joven de 28 años de edad a quien asesinaron para despojarlo de su auto.
El asesinato ocurrió el viernes cuando la víctima, llamada Nicolás Guerra, salió de su trabajo en el taller mecánico de su padre y se dirigió en su auto hasta Flor de Maroñas para visitar a un amigo. El joven le dijo a su familia que volvería en breves minutos pero, tras movilizarse hasta las calles Eduardo Depaulli y Alfonso Lamas, nunca regresó. La familia trató de comunicarse con Nicolás, pero perdieron todo contacto con este, por lo que fueron hasta la Policía para denunciar su ausencia.
El auto estaba equipado con un GPS y una aplicación, explicó el fiscal del caso, Rodrigo Morosli. Haciéndole seguimiento, vieron que el vehículo se desplazaba por Montevideo, por lo que unos amigos fueron a buscarlo y lo encontraron.
A través de la misma aplicación se logró dejar inoperativo el auto sobre las calles en Boulevard Batlle y Ordóñez y Francisco Goyen, sitio hasta donde se movilizó la Policía. Al llegar, los agentes encontraron a cuatro personas dentro del vehículo y pudieron detener a dos (uno de ellos el amigo al que Nicolás fue a visitar), mientras que las otras dos huyeron.
Al repasar la trayectoria del vehículo por la ciudad los agentes se percataron que el primer sitio donde se detuvo este fue la vivienda del amigo y luego en la del segundo detenido. Al revisar la primera casa los efectivos encontraron el cadáver de Guerra, quien se comprobó que murió luego de que lo asfixiaran con una cadena.
En la escena también se detuvo a una tercera persona, quien es el padre de uno de los jóvenes que estaba dentro del vehículo robado. Esta persona fue quien llamó a la Policía para advertir la presencia del cuerpo, sin embargo, la versión que dio de los hechos fue contradictoria a las pericias de la escena, por lo que en principio quedó detenido.
No obstante el fiscal Morosoli dispuso su liberación en las últimas horas luego de no encontrar elementos probatorios que lo vinculen firmemente con el crimen.
Por otro lado, las autoridades buscan a las otras dos personas que huyeron al momento de la detención de los ahora imputados.
De acuerdo con lo explicado por el fiscal, la principal línea de investigación apunta a que se trató de un crimen por motivos económicos. Además de sustraerle el auto a la víctima también se comprobó que le quitaron dinero.
«Se supone que se le dio muerte a la víctima para quitarle el coche y sus pertenencias”, dijo Morosoli. Asimismo, dijo que por ahora trabajan en determinar quién era el posible comprador del auto. «De uno de los teléfonos incautados surge que había ofertas concretas por el vehículo, previo incluso a que la persona saliera del trabajo”, contó.
Tras presentarse la formalización contra los dos detenidos la Justicia dispuso una medida cautelar de prisión preventiva por 180 días mientras las investigaciones del caso continúan su marcha.
