Este colectivo, según comentó la integrante del colectivo de Muerte Asistida Digna y Médica, Clara Fassler, inició aproximadamente hace unos cuatro años con motivo de asistir a quienes se encontraban en su última etapa de vida, y también gracias al interés en la eutanasia.
“Comenzamos a mirar experiencias desde otros lugares y a recoger testimonios de personas que realmente estaban sufriendo. Estábamos en proceso de desarrollar un proyecto de ley pero sin fecha, debido a que todos los integrantes son personas de múltiple ocupación laboral”, afirmó.
Comentó además, que cuando se lanzó el proyecto de ley acerca de la eutanasia que el presidente de la Cámara de Representantes de Uruguay, Ope Pasquet creó, vieron la oportunidad de enriquecerlo a través de proponer determinados cambios sumando ideas y realizando ciertas modificaciones.
Si bien el proyecto de Pasquet se centra en la despenalización del acto médico (dado que la eutanasia es actualmente considerada un delito), la visión que se tiene desde el colectivo en cuestión consta en que esto sea reconocido como un derecho que todas aquellas personas que se encuentran en situaciones críticas puedan acceder sin distinción de etnia, género o clase social, que al igual que cualquier derecho humano, esté disponible para toda la población.
“Que sea un derecho significa que la persona esté capacitada para elegir lo que quiere para sí misma, cómo termina sus días ante las circunstancias de ser un adulto lúcido que sufre de un dolor incurable. Teniendo en cuenta esto, la persona debería ser capaz de definir cómo continuar con su vida, mismo si desean seguir con ella o culminar con dicho sufrimiento”, declaró.
Además, destacó la existencia de los cuidados paliativos y los de la muerte asistida como opción viable que dependerá de lo que la persona en cuestión desee. “Entonces, nosotros no consideramos que esto sea la alternativa para todos los casos, no se trata de eso, sino de ampliar las posibilidades de las personas y generar así, espacios donde las necesidades que tengan puedan ser atendidas. Por lo cual, estoy planteando que no existe antagonismo entre cuidados paleativos y eutanasia, de hecho, pueden ser procesos compatibles”, realzó.
Destacó como hecho de gran importancia, otorgar a las personas que transitan una situación de salud incurable, un abanico de soluciones, dentro del cual ellas mismas podrán ahondar y escoger.
Por esto es importante hacer de esta alternativa un derecho que sea posible de ejercer en las circunstancias requeridas, el cual además, sea respaldado por el Estado.
“Puedo querer recurrir a la eutanasia y si no cuento con una organización que esté obligada a responder, todo se complica. Que esto sea considerado un derecho implica necesariamente que haya alguien que lo garantice, y ese es el Estado. Esto no quiere decir que lo proporcione directamente pero sí debe garantizar los mecanismos para que esto sea posible”, concluyó.
Esto conlleva claramente a un cambio muy importante, puesto a transparentara formas de resolver problemas ante los cuales, la sociedad a menudo decide esquivar dado que terminar con una vida es algo que sorprende.
La despenalización de la eutanasia, en opinión de Fassler, generará en la población un tipo de confianza diferente puesto a que, la gente cuando sabe que cuenta con una posibilidad así, muchas veces ni siquiera recurren a ella porque se sienten respaldados, sabiendo que si en algún momento no pueden vivir con el sufrimiento de su condición, tienen a dónde recurrir.
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“El proyecto presentado por Ope Pasquet quedaría por supuesto incluido en nuestra visión, porque consideramos que si los pacientes tienen el derecho, los médicos y el equipo de salud en su conjunto también han de contar con ciertas políticas de amparo”, subrayó.
