Desde el año 2021 el fútbol uruguayo sumó una nueva categoría en la AUF, la Divisional D, que había desaparecido del mapa futbolístico de la Asociación a fines de los años setenta.
El año pasado, con carácter de “experimental” se disputó el primer torneo, en el cual participaron 8 equipos. Para 2022 se sumaron cuatro nuevas instituciones, llegando así a una docena de participantes, instituciones todas llenas de humildad e ilusión, que reciben un mínimo subsidio de parte de la AUF par poder hacer frente a todos los gastos que implica la presentación de un equipo en el torneo.
Uno de estos equipos, llenos de sueños y sacrificios, es el Club Social y Deportivo Hacele un gol a la vida, una asociación civil liderada por Robert Carmona, el Récord Guinness por ser el futbolista más longevo del mundo que todavía sigue en actividad (60 años de edad). Carmona no sólo es jugador y capitán del equipo sino que lidera esta asociación comprometida con los más necesitados desde hace 15 años y que el año pasado tomó el formato de club para competir en la AUF.
“Estamos contentos con esta nueva divisional que se ha creado en la AUF. Es una iniciativa muy buena que viene a todo vapor” comenta Carmona, un deportista ejemplar por su conducta, su profesionalismo, su condición de líder y su espíritu solidario.
Jugar al fútbol es casi que una excusa para este hombre que ha dedicado sus horas a ayudar a los más humildes, consiguiendo permanentemente alimentos y otros elementos para la gente más carenciada.
Pero como buen uruguayo, una vez que empieza a rodar la pelota tiene como único objetivo ganar. No pudo conseguir victorias en el torneo 2021 y la suerte venía siendo esquiva en el inicio del campeonato 2022. “Estamos en pleno campeonato, los resultados no habían sido del todo positivo para nosotros, pese a que habíamos intentado lograr los tres puntos pero todos sabemos lo difícil que es enfrentarse a equipos que vienen en una situación mejor a la nuestra en todo lo que es el armado, la infraestructura, la logística. Nosotros venimos peleándola, somos una institución bastante pobre y bastante pequeña, nueva, pero aún así no damos por perdido los partidos nunca”.
Días atrás, Hacele un gol a la vida enfrentó a Unión, el equipo maragato que participa en la Divisional D, y finalmente llegó el primer triunfo: “Y así encontramos el premio de la victoria. Ganamos ante el Club Unión de San José lo que fue el primer triunfo en la historia de nuestro club. Un triunfo importantísimo para el descenso y que por diferencia de goles nos dejó en el 5° puesto en ese momento. Fue algo que nos motivó mucho y fortalece la ida de trabajo que inculcamos día a día con los jugadores.
Es una gran alegría para mí que estoy muy contento con lo que estoy haciendo, y una gran alegría por los muchachos, como Kady Silva que fue el autor del gol del triunfo y es el goleador del equipo”.
Los sueños de los más humildes
Kady Silva, el autor del histórico gol de esa primera victoria, tiene 20 años y es uno de los muchachos que jugando en la última categoría oficial de la AUF sueña con ganarse un lugar en el mundo de la pelota: “Desde hace un tiempo estoy viviendo en la ciudad de Progreso, Canelones, con mi padre, mi madre y mi hermano. Estuve haciendo changuitas con mi viejo en la construcción pero ahora dejé el laburo y me estoy dedicando 100% al fútbol, solo a esto, porque quiero vivir del fútbol. Era algo que tenía en la cabeza desde hace un tiempo y ahora me decidí, dejé todo y estoy entrenándome para eso. Yo estaba jugando en Progreso, en la ciudad, hice las juveniles y llegué a la Primera, pero ahora di un pasito más y estoy en Hacele un gol a la vida, con Robert Carmona, compitiendo en un torneo de la AUF. Esto para mí es una oportunidad muy grande, que nunca antes la había tenido”.
Yonathan Hernández (22 años), es otro de los muchachos llenos de sueños: “Vivo en el Barrio 40 Semanas con mi mujer, mi hija y mi madre. Trabajo y después de trabajar voy a la práctica con el plantel. Hice juveniles en Colón Fútbol Club, en la Cuarta División. Mi anhelo es poder vivir del fútbol algún día, servía maravilloso poder ganar plata haciendo lo que uno quiere que es jugar al fútbol. Aquí en Hacele un gol a la vida tengo una oportunidad para poder jugar y quiero agradecerle por eso a Robert Carmona que me abrió las puertas del club. Yo estoy aquí desde el año pasado y en todo este tiempo le he tomado mucho cariño a Robert y también mucho respeto por todo lo que él significa”.
Agustín Madruga (21 años) jugó en Fénix y Rampla en AUFI, después hizo divisiones juveniles en Rampla desde Pre Séptima hasta Quinta División: “Después quedé libre y fui a Huracán del Paso de la Arena donde hice dos años de Cuarta. Estuve un año sin jugar al fútbol hasta que tuve la suerte de acceder a esta oportunidad en Hacele un gol a la vida, gracias a Robert Carmona, un tipo con valores, respetuoso, una gran persona. Carmona me dio una oportunidad que no muchos te dan y que todo jugador desea, la de jugar aquí y poder llegar a ser jugador profesional. Estoy muy orgulloso de estar aquí compartiendo el día a día, la cancha y el vestuario con él, porque es un tipo muy atento con cada uno de sus jugadores, siempre está apoyando en todo. Ahora depende de mi aprovechar esta oportunidad y poder hacer una carrera profesional, poder dejar una huella, sr un ejemplo de nunca bajar los brazos y que mi familia y mi hijo estén orgullosos de mí”.
Lucas Ureta (19 años): “Vivo con mi madre, mi abuela materna y mi hermano menor. Mi padre falleció cuando yo tenía 6 años y desde entonces mi madre se ha encargado de nosotros, ella sola. Yo estudio fisioterapia, es algo que me gusta y además me sirve para mantenerme cerca del deporte, por eso elegí esa carrera, además de que siempre he sufrido muchas lesiones y como me gusta ayudar para la recuperación del deportista me incliné hacia la fisioterapia. También tengo aprobado un curso de kinesiología deportiva. ¿Cómo ha sido mi carrera en el fútbol? Tuve muchos altibajos. Tuve una etapa en formativas en Miramar y otra etapa en Albion, pero por cuenta propia decidí abandonar debido a varias lesiones. Esa situación me estaba haciendo mal anímicamente por eso decidí dar un paso al costado. No soportaba el estrés y preferí priorizar mi salud mental.
No tenía pensado volver al fútbol profesional pero se me presentó esta chance de jugar en Hacele un gol a la vida y decidí intentar una vez más.
Aquí conocí a Robert Carmona que es un ejemplo a seguir. Yo no sentía que tenía un gran nivel cuando llegué aquí, estaba un poco descontrolado, pero con el tiempo, con los consejos, las correcciones de Robert, fui progresando cada vez más y hoy puedo decir que tengo una ilusión y aspiro a llegar lo más alto que pueda”.
