La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido, abrir al público el proceso de nombrar la enfermedad conocida como viruela del mono, en medio de preocupaciones acerca de que el nombre actual tenga connotaciones racistas. Se descubrió por primera vez en 1958 y recibió el nombre del primer animal que mostró síntomas, o sea un mono, pero es trasmitida por pequeños roedores.
Tradicionalmente, los nombres de las enfermedades generalmente se obtienen con la ayuda de un comité técnico que trabaja a puerta cerrada. Pero para la viruela del mono, las presentaciones ahora las puede hacer cualquier persona
Después de un comienzo lento, ahora se han realizado docenas de presentaciones de una variedad de colaboradores, incluidos académicos, médicos y un activista de la comunidad gay.
Hubo sugerencias técnicas, como OPOXID-22, presentadas por el médico de emergencias de la Facultad de Medicina de Harvard, Jeremy Faust. La OMS dijo que decidiría entre las propuestas «según su validez científica, su aceptabilidad, su pronunciabilidad (y) si se pueden usar en diferentes idiomas». La portavoz de la OMS, Fadela Chaib, dijo «estoy segura de que no se nos ocurrirá un nombre ridículo».
Un grupo de destacados científicos redactó en junio un documento en el que pedía un nombre «neutral, no discriminatorio y no estigmatizante», ante el temor de que el nombre pueda utilizarse de forma racista. Hasta este año, la viruela del mono se había propagado principalmente en un grupo de países de África occidental y central.
Crece la presión por un nuevo nombre para la enfermedad, y los críticos señalan que es engañoso, ya que los monos no son el animal huésped original.
Una de las propuestas más populares hasta el momento es Mpox, presentada por Samuel Miriello, director de la organización de salud masculina RÉZO, que ya está utilizando el nombre en sus campañas de divulgación en Montreal, Canadá. Otra propuesta, TRUMP-22, parecía referirse al expresidente de Estados Unidos Donald Trump, que utilizó el controvertido término «virus chino» para referirse al nuevo coronavirus, aunque su autor dijo que significaba «erupción tóxica de procedencia misteriosa no reconocida de 2022», por su sigla en inglés.
