Más de 1.700 fans del Liverpool han denunciado de que sufrieron daños físicos o psicológicos por el caos vivido en la final de la Champions League en París el pasado 28 de mayo. Así lo informa el diario The Guardian, que asegura que todos los afectados han registrado sus lesiones en bufetes de abogados para presentar reclamaciones por daños y perjuicios contra la UEFA.
Entre los posibles reclamantes, algunos alegaron que sufrieron roturas de costillas por aplastamientos en el Stade de France antes del duelo entre el Liverpool y el Real Madrid, además de otras muchos que reconocieron haber sufrido síntomas de ansiedad y trastorno de estrés postraumático.
Todo ello en un evento organizado por la UEFA, aunque fueron los policías franceses los que condujeron a la afición del Liverpool a través de una ruta alternativa peligrosa, lo que llevó a enormes colas que hicieron correr mucho riesgo a los presentes. Es más, muchas de las vías de acceso al Stade de France se cerraron por largos periodos y se multiplicó el riesgo.
Pero los seguidores del Liverpool también denuncian el comportamiento abusivo de la policía, que utilizó gas pimienta y disparó gases lacrimógenos. Precisamente después de ese episodio, la UEFA y las autoridades francesas culparon a los seguidores del Liverpool por el caos y el retraso al inicio, aunque la acusación traerá consecuencias.
En unas declaraciones recogidas por The Guardian, Gerard Long, socio de Binghams Solicitors en Liverpool ha dicho que más de 1.300 personas habían registrado su interés en un posible reclamo, la mayoría sufriendo de trauma psicológico. “Estamos representando a personas que sufrieron lesiones físicas por aplastamiento en los torniquetes, y a muchas personas que han sufrido psicológicamente. Algunos temían por sus vidas”, ha informado el abogado, que centra el tiro en la UEFA. ”Los clientes han reportado ansiedad, trastorno de estrés postraumático, pesadillas, nunca más quieren ir a un partido de fútbol europeo o incluso a Francia. Nuestro caso es que la UEFA, como organizadores, tenía el deber de cuidar a las personas, que pagaban mucho dinero por las entradas, y lo incumplieron”, cierra Long.
