Sigue la violencia en la frontera entre Pakistán y Afganistán

Alrededor de diez personas han muerto y siete han sido secuestradas en una serie de ataques perpetrados en las últimas horas por el grupo armado Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), conocido como los talibán paquistaníes, en varias localidades de Pakistán situadas cerca de la frontera con Afganistán, según han confirmado las autoridades.

En el incidente más sangriento, seis personas han fallecido por la explosión de una bomba de control remoto en Bara Bandai Kotkay, situado en la ciudad de Kabal, en el distrito de Swat. Entre las víctimas mortales figuran el expresidente de la Comisión de Paz de la aldea, Idrís Jan, y dos agentes de la Policía. Además, siete trabajadores de una compañía telefónica han sido secuestrados en el mismo distrito, según ‘Dawn’. Los talibán paquistaníes han asumido la responsabilidad del ataque en una declaración y han señalado que Jan estaba en su lista negra desde hace 13 años por su papel en la resistencia contra los talibán de la región desde 2007.

Jan conducía su vehículo cuando estalló la bomba, que fue activada por control remoto, lo que provocó que los policías Rambail Jan y Tauhid Jan, un niño y dos transeúntes que aún no han sido identificados, pero se ha podido saber que eran jornaleros, murieran en el acto.

En las últimas semanas, los milicianos de TTP habían establecido un puesto de control en Balasur, en Matta, que pertenece al mismo distrito de Swat, según recoge ‘The News’, y estaban deambulando por la zona. Allí, los talibán habían secuestrado a un hombre y reclamado un rescate de 10 millones de rupias a través de un teléfono móvil situado en Afganistán.

Estos hechos han generado movilizaciones en las calles de la región en las que demandan a las autoridades que tomen medidas para «adelantarse a los planes de los milicianos» de sabotear una «paz ganada con mucho esfuerzo».

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